En medio de las tensiones geopolíticas, el mundo se rearma. Desde la Guerra Fría el armamento nuclear no había tenido un papel tan importante, pero ahora, los nueve Estados poseedores de armas nucleares se están modernizando y aumentando sus arsenales. Entre Estados Unidos y Rusia poseen el 90% de todas las ojivas nucleares mientras China es el país que más rápido está incrementando su arsenal.

El director de 'The Political room', Yago Rodríguez, explica que se trata de "un armamento muy sofisticado, que van mucho más allá de su uso, que entra en un terreno que se llama la disuasión, que actúa antes de que tú actúes, que te impide hacer cosas por el simple miedo que te puede producir".

Con Ucrania de trasfondo, desde la Guerra Fría, las bombas nucleares nunca habían tenido tanto poder en la política internacional. Yago Rodríguez insiste en que estas armas "permiten establecer un Marco de hierro y evitar que terceros actores accedan al conflicto y para Rusia ha sido muy importante para evitar que la OTAN pueda intervenir".

Un arma de destrucción y disuasión masiva predominantemente en manos de Estados Unidos y Rusia, pero con la sombra de otra potencia nuclear. Y es que, como cuenta Yago Rodríguez, "China quiere pasar de un arsenal de disuasión mínima a un arsenal propio de una potencia nuclear consolidada al nivel de Estados Unidos y Rusia. Por lo tanto está en un programa muy secreto, pero seguro muy ambicioso de crecimiento de arsenal".

El plan secreto de Franco para desarrollar una bomba nuclear

Son nueve los países con este tipo de armamento, potencias nucleares a las que España una vez quiso unirse. José Luis Hernández Garvi, escritor e historiador, explica a laSexta que "España se pudo convertir en una potencia nuclear militar". "Estuvimos francamente, muy cerca, teníamos la financiación y los medios necesarios", cuenta.

Se trataba del proyecto Islero, el plan secreto de Franco para desarrollar una bomba nuclear en España. Nada más iniciar la década de los años 50, se dan los primeros pasos para conseguir un reactor nuclear. Un proyecto que avanzaba, pero que se paralizó por las presiones internacionales. Como cuenta el historiador, "la administración norteamericana emite una serie de documentos, advirtiendo sobre el riesgo que puede haber si se permite que España se haga con armamento nuclear. Documentos que nos recuerdan a los que actualmente podemos ver de Irán o de Corea del Norte".

Así, acabó adhiriéndose al tratado de no proliferación de armas nucleares. Entonces, fue el final del proyecto Islero y de las aspiraciones de convertir a España en una potencia nuclear.