Cuatro días después de sesiones agotadoras, de tensiones y de posturas cruzadas, los 27 países miembros de la Unión Europea estarían a punto de alcanzar un acuerdo para cerrar el fondo de recuperación económica por la pandemia de la COVID-19.
Finalmente, los conocidos como países 'frugales' habrían logrado recortar la cuantía del fondo destinada a las transferencias directas, que, según la última propuesta de Charles Michel, estaría en 390.000 millones de euros, inferior a los 500.000 millones reclamados por el bloque de países en el que se encuentra España.
Lo que no se recorta es la cuantía total de ese fondo, que se quedaría en 750.000 millones de euros. Es decir, los 360.000 millones restantes serían créditos a devolver por los países más afectados por el coronavirus.
Es decir, Países Bajos, Austria, Finlandia, Suecia y Dinamarca lograrían salirse con la suya. Otra de sus principales peticiones, especialmente la del primer ministro holandés, Mark Rutte, era la de vincular dichas ayudas a reformas estructurales vigiladas por el Consejo Europeo, algo que estaría cerca de conseguir según este borrador.
Cuatro jornadas maratonianas
Todo dio comienzo el pasado viernes en Bruselas. En las primeras reuniones, ya se vieron las posturas alejadas de ambos bloques, con la cuantía de ese fondo de recuperación en cuestión. Los mensajes eran de todo, menos alentadores. El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, aseguraba que se encontraban “lejos de un compromiso”, mientras que su homólogo maltés, Robert Abela, añadía que el progreso que se estaba dando era “lento”.
Tras esa jornada, España criticó una de las medidas que pedía Países Bajos, que quería que las medidas fueran aprobadas por unanimidad, algo que para el Ejecutivo era “inaceptable”. Las negociaciones siguieron y el domingo tanto Merkel como Macron alertaron de los riesgos que había de no llegar a ningún acuerdo, dejando claro que se negaban a bajar de los 400.000 millones de euros en ayudas directas. La tensión fue tal que ambos dirigentes llegaron a amenazar con abandonar la negociación.
Finalmente, los cuatro días de intensas negociaciones han acabado dejando posturas encontradas, si bien todos los países han acabado cediendo en parte de sus postulados iniciales. Europa afronta ahora un nuevo camino en el que se intentará que nadie se quede atrás.