Un gran incendio forestal en la región de Valparaíso, en la costa central de Chile, ha provocado que el cielo se tiña de rojo y ha obligado a evacuar de manera preventiva a 25.000 personas, después de que las llamas consumieran al menos seis casas y las autoridades anticiparan la posible propagación del fuego a otras zonas.
"Sé que para la gente es tremendamente complejo abandonar sus viviendas, es complejo abandonar sus pertenencias, pero la llamada que hacemos como Gobierno es que la vida de las personas es lo primero y está en riesgo. Este es un incendio de proporciones importantes", ha alertado el ministro de Interior, Rodrigo Delgado.
La Oficina Nacional de Emergencias (Onemi) ha identificado cuatro focos simultáneos que afectan principalmente a la comuna de Quilpué, a 110 kilómetros al noroeste de la capital, y que ya han quemado cerca de 300 hectáreas de bosque. Según han explicado las autoridades, la rápida propagación se debe al llamado "factor 30-30-30", es decir, más de 30 grados de temperatura, menos de un 30% de humedad en el ambiente y vientos que superan los 30 kilómetros por hora.
El primer foco fue denunciado la noche del jueves por vecinos de Quilpué y las llamas alcanzaron tal magnitud que la columna de humo era visible este viernes desde Santiago. El Ministerio Público abrió una investigación sobre el fuego, minutos después de que el director de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), Rodrigo Munita, indicó en rueda de prensa que tienen "la más absoluta convicción de que es un incendio intencional".
La preocupante situación en Chile por la sequía y los incendios
Chile, que cada verano sufre numerosos incendios, vive su peor sequía en seis décadas, con el 76% de su territorio está afectado por la falta de agua, según Greenpeace. La situación es especialmente crítica en la zona central, donde en 2019 cayó la menor cantidad de precipitaciones desde que se tienen registros y miles de habitantes reciben agua diariamente gracias a camiones aljibes.
Entre julio de 2019 y junio de 2020, cerca de 102.000 hectáreas se vieron afectadas por 8.125 incendios, de los cuales más de 3.5000 fueron intencionados y la mayoría se registraron en las regiones sureñas de Biobío y Ñuble y en la central Valparaíso, según datos oficiales.