Los niños de Kankara que fueron secuestrados por hombres armados a sueldo de Boko Haram han regresado con sus familias siete días después de su desaparición. El reencuentro, tal y como se puede ver en el vídeo, ha estado cargado de lágrimas de emoción, alegría desatada y alivio. "Hoy siento que dios me ha concedido el paraíso porque estoy muy feliz", ha expresado la madre de uno de los estudiantes.
Los últimos siete días han sido un infierno para los padres de los niños secuestrados, que han estado en vilo sin saber cuánto tiempo tardarían sus hijos en volver a casa. "Mi hijo tenía que depender de las hojas, de las semillas y beber agua de un estanque. Es perturbador", ha manifestado una madre.
Por su parte, los estudiantes secuestrados han narrado en primera persona el terror con el que vivieron la situación: "En el momento del secuestro preferí que me mataran; fue una experiencia terrible y sentí que era mejor no estar vivo", ha expresado un niño, mientras que otro ha relatado que les despertaron "a balazos" y les "persiguieron hasta el monte, sin zapatos", mientras les golpeaban. "No había comida, ni agua para nosotros; estuvimos días sin poder dormir", ha recordado otro de los menores.
Sin embargo, no todos los niños que fueron secuestrados han sido liberados. En este sentido, Aminu Bello, el gobernador de Katsina ha afirmado: "Creo que hemos recuperado a la mayoría de los niños, pero no a todos". Algunos de ellos podrían seguir secuestrados o haber sido asesinados por sus raptores, aunque el rescate, según el presidente, ha sido "un éxito".
Precisamente, Muhammadu Buhari, presidente de Nigeria, recibió así a los estudiantes este viernes: "He venido a veros, a compadecerme por este desafortunado evento". Se trata de una operación por la que el Gobierno asegura no haber dado nada a cambio y en la que también afirman que "no hubo un solo tiro".
Mientras, en el país celebran la velocidad de acción de las autoridades, a diferencia de con las niñas de Chibok, de las que 112 todavía siguen desaparecidas.