El papa Francisco ha dejado una imagen insólita en su encuentro con los dirigentes de Sudán del Sur. Con el fin de que el presidente del país Salva Kiir y su principal opositor Riek Machar se reconcilien, el pontífice les ha reunido en el Vaticano junto a otros líderes y les ha invitado a ser "artesanos de la paz" y a buscarla "a través del diálogo, la negociación y el perdón".
A su llegada, se ha arrodillado ante los invitados y ha ido uno a uno besando sus pies, rompiendo así con el protocolo a seguir. "Le pido como hermano: quédense en paz", pronunció antes de arrodillarse frente a Kiir.
Tras este gesto, pidió "desde el corazón" que siguieran adelante: "Habrá muchos problemas, pero no tengan miedo, sigan adelante, resuelvan los problemas. La gente está cansada y agotada de las guerras pasadas. Recuerden que con la guerra se pierde todo. Su gente anhela un futuro mejor, que pasa por la reconciliación y la paz".
Sudán del Sur lleva inmerso en una guerra desde civil desde 2013, un conflicto que estalló tras una disputa entre el presidente, de la etnia dinka, y el entonces vicepresidente del país, de la etnia nuer. No obstante, el pasado 12 de septiembre se firmó unacuerdo de pazque prevé la formación de un gobierno de unidad que tomará posesión el 12 de mayo.
No es el único polémico gesto del papa durante estos meses. También fue muy comentadasu 'cobra' a los feligresespara evitar que besen su anillo.