El Sea-Watch 4 pone rumbo a las costas de Libia. Ha pasado cinco meses atracado en el puerto de Burriana, en Castellón. Las exigencias técnicas de los gobiernos europeos y el COVID-19 impidió que continuara con sus labores de rescate. En junio, más de 100 personas perdieron la vida en el Mediterráneo.
"En los primeros seis meses de 2020 se ha cuadruplicado el número de personas que han salido de Libia por esta vía marítima", explica Mila Font, portavoz de Médicos Sin Fronteras. Dentro de cuatro días, el Sea-Watch 4 llegará de nuevo a aguas de Libia. Una operación, junto a Médicos Sin Fronteras, para rescatar a las personas que se tiran al mar como única opción de salir con vida.
A bordo viaja un equipo de cuatro médicos y todas las prevenciones frente al COVID-19. "Todos los equipos en el barco han tenido una PCR y se les medirá la temperatura cada día", aclara Mila Font. Medidas de seguridad para la tripulación y un protocolo para los rescatados. "Haremos seguimiento a los rescatados y si alguien tiene fiebre, se le aislará", añade Font. Si se da un caso grave, la ONG no descarta una repatriación sanitaria.
Médicos Sin Fronteras ha auxiliado a más de 50.000 migrantes en seis años en el Mediterráneo, la que ya es la frontera marítima más mortífera del mundo.