La Policía logró frustrar un atentado en el corazón de la capital belga. El terrorista, al que los medios ponen rostro e identificado como Oussama Zariouh, detonó una maleta en la Estación Central de Bruselas cargada con clavos y botellas de gas junto a un grupo de personas.
Una primera explosión parcial sacudió la estación. "La vi quemarse justo enfrente de mí, a unos cuatro metros", ha declarado Remy Bonnaffe, testigo de lo ocurrido.
Mientras el falso equipaje ardía, el terrorista corrió hasta el andén en busca del jefe de estación. En ese momento, la maleta explotaba por segunda vez aún más fuerte y después el terrorista fue a por los militares.
"El hombre volvió corriendo al vestíbulo y fue hacia los soldados gritando 'Alá es Grande'. Un soldado abrió fuego inmediatamente y le dio varias veces", ha declarado Eric Van der Sypt, Fiscal General de Bélgica. El atacante murió por esos disparos.
La criticada presencia militar en las calles, esta vez, ha logrado su objetivo y consiguieron frustrar el ataque terrorista.
La fiscalía ha revelado que el terrorista es un hombre marroquí de 36 años simpatizante de Daesh, pero ni ha confirmado ni desmentido sus antecedentes por delitos sexuales y tráfico de drogas, como sí apuntan medios belgas.
La Policía, con la ayuda de artificieros, ha registrado el piso de Osama en el barrio de Molenbeek, el mismo donde se refugiaban los terroristas de los atentados de París y del aeropuerto de Bruselas. Se han llevado varias cajas con pruebas y material para fabricar explosivos.
A primera hora de la mañana, la estación ha reabierto y solo una mancha en el suelo recordaba el ataque frustrado.