El bloqueo por parte de Italia de la embarcación de la ONG alemana Sea Watch en el puerto de Catania (Sicilia, sur) deja al Mediterráneo, por el momento, sin barcos de organizaciones humanitarias que socorrían a migrantes.
La embarcación 'Sea Watch 3' está paralizada en el puerto siciliano, después de que las autoridades italianas hayan detectado una serie de "irregularidades", y no podrá volver a salir al Mediterráneo hasta que no se esclarezca la situación.
La Fiscalía de Catania ha abierto una investigación, que por el momento no va dirigida contra nadie en concreto, después de que esa ONG desembarcara el 31 de enero a 47 migrantes que había asistido en el mar doce días antes. Esas personas esperaron durante casi dos semanas a que se les concediera el acceso a algún puerto, hasta que Italia indicó a la embarcación que podía dirigirse a Catania, tras haber acordado la reubicación de los salvados con otros siete países europeos.
La investigación se ha abierto con la hipótesis de supuesta asociación criminal dirigida a facilitar la inmigración ilegal y, según los medios italianos, el fiscal Carmelo Zuccaro quiere determinar si la actuación de la tripulación fue legal en todo momento e identificar a posibles traficantes de personas.
Zuccaro es conocido en el país porque ya ha sido responsable de emprender varias causas contra las ONG que operaban en el Mediterráneo central y ha acusado en el pasado a estas organizaciones de complicidad con las redes de tráfico de personas.
Para la ONG alemana, la decisión de bloquear su barco no es más que "un pretexto técnico para detener las actividades de socorro en el mar". El barco 'Sea Watch 3' era el último que quedaba hasta ahora en el Mediterráneo para salvar vidas y rescatar a los migrantes que intentan llegar a las costas europeas en barcazas inestables.
En enero, la ONG española Proactiva Open Arms denunció que las autoridades españolas impedían al barco 'Open Arms' salir del puerto de Barcelona, pues la Capitanía Marítima, que depende del Ministerio de Fomento, no le concedía autorización para zarpar hacia el Mediterráneo central.
El fundador y director de esta ONG, Òscar Camps, aseguró entonces que su organización cumplía "con todos los requisitos legales" y defendió la labor fundamental que realizan las ONG en el Mediterráneo para proteger a los migrantes. El pasado miércoles, Camps volvió a cargar contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez con un mensaje en las redes sociales en el que decía que el Gobierno español "traza un plan para reducir un 50 % la migración abandonándolos en el pozo más grande del mundo".
"No cierra puertos, pero bloquea (el barco) Open Arms y restringe la presencia de barcos de salvamento en mar", escribió. Por su parte, el barco de la ONG Sea Eye está realizando las acciones pertinentes para el cambio de tripulación y su puesta a punto, y tiene previsto volver a navegar en dos semanas.
Tampoco opera ya el 'Aquarius', después de que en diciembre las ONG SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras anunciaran el fin de la misión de una embarcación que desde que zarpó por primera vez en febrero de 2016 desde el puerto de Marsella había asistido a casi 30.000 personas en aguas internacionales.