Desde Wisconsin hasta Florida, pasando por Minnesota, Pennsylvania o Carolina del Norte. Estos son algunos estados que han alcanzado la denominación de 'swing states', o 'estados bisagra'. ¿Por qué reciben este nombre? Porque en ellos se decidirá, prácticamente, quién será el próximo presidente de Estados Unidos.
¿Por qué? Porque la igualdad que se da en las votaciones de cada uno de estos territorios hacen que la balanza se decante del lado de los republicanos o los demócratas. Dos estados destacan por su poder decisivo de cara al triunfo de Trump o de Biden: Pennsylvania o Florida. ¿Por qué? Porque allí hay un total de 49 votos electorales en juego.
También merece especial atención el caso de Georgia, que aunque tradicionalmente ha estado en poder de los republicanos, de un tiempo a esta parte ha pasado a ser territorio en disputa a razón de las ciudades de sus alrededores. Julio Cañero, del instituto Franklin-UAH, explicó a laSexta que allí se vive una lucha "distrito a distrito", por lo que casi cada voto es clave para decidir el resultado electoral.
Que unos estados tengan más importancia que otros a la hora de decidir al ganador de estas elecciones se debe a que Estados Unidos tiene un sistema electoral muy diferente y complejo al que conocemos. En este país, gana el candidato que consiga antes 270 de los 538 votos electorales que se reparten a lo largo y ancho del territorio.
Pero no todos los estados tienen el mismo número de votos electorales. Cada uno cuenta con un número distinto de delegados en juego en función de su población. Por poner un ejemplo, California, que es el territorio que más tiene, cuenta con 55 votos electorales; Texas, por su parte, cuenta con 38; y Carolina del Norte, con 15.
Y es que el presidente de los Estados Unidos no se decide por el voto popular. De ser así, ahora Hillary Clinton sería la presidenta del país o Al Gore habría ganado a Bush. Junto a estos estados bisagra hay que tener en cuenta la alta participación registrada en estas elecciones previa a la jornada electoral. A través del voto por correo y el anticipado, antes del 4 de noviembre ya habían votado más de 97 millones de personas.