Francia lo ha logrado: la movilización masiva de la izquierda ha conseguido frenar en las urnas la amenaza de una ultraderecha que se antojaba imparable, dando al traste con las aspiraciones de Marine Le Pen, que vuelve a quedarse con la miel en los labios mientras el Nuevo Frente Popular se hace con la victoria tras dar la sorpresa en la segunda vuelta de las elecciones legislativas.

La izquierda ha obtenido la mayoría relativa en Francia con todos los escaños ya asignados, y tendrá casi una treintena de diputados más que el macronismo y medio centenar más que la ultraderecha de Marine Le Pen- Han funcionado el cordón sanitario a la extrema derecha y la estrategia de la izquierda y el macronismo de retirar candidaturas de cara a la segunda vuelta para así aglutinar el voto y hacer barrera frente a los ultras. Así, la alianza de izquierdas ha dado un vuelco a los sondeos y logrado el mayor número de diputados, el bloque macronista le sigue en segundo lugar y la ultraderechista Agrupación Nacional queda relegada a tercera fuerza.

En concreto, según el recuento del Ministerio del Interior francés, se confirma la victoria al Nuevo Frente Popular con 182 escaños en la Asamblea Nacional, a los que se suman 13 independientes de izquierda. La coalición macronista, que en el cómputo final, ha mejorado también mucho los pronósticos de los sondeos para estos comicios, cae solo hasta la segunda posición, con 168 legisladores. La otra cara de la moneda es la formación de extrema derecha Agrupación Nacional (RN, siglas en francés), que partía como favorita -e incluso acariciaba la posibilidad de una mayoría absoluta tras su victoria en la primera vuelta del 30 de junio-, pero tendrá que conformarse con la tercera posición, al sumar junto a sus aliados 143 escaños.

El grupo conservador Los Republicanos se quedará con 45 diputados y otros candidatos independientes de derechas harán lo mismo con otra quincena de asientos de la Cámara baja. Con este imprevisto mapa político, la Asamblea Nacional queda enormemente dividida y sin mayorías claras (la mayoría absoluta es de 289 diputados), por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, especialmente en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.

La atribución de nombrar un nuevo primer ministro corresponde al presidente de la República, Emmanuel Macron, y los principales dirigentes del NFP, como Mélenchon y el secretario general socialista Olivier Faure, ya han reclamado que esa atribución sea para alguien de la coalición de izquierdas. Por su parte el actual primer ministro, el macronista Gabriel Attal, ha presentado su dimisión al presidente Macron, que la ha rechazado y le ha encargado que siga en el puesto para gestionar los asuntos corrientes mientras se forma un nuevo Gobierno salido de las elecciones legislativas.

Fuentes de la presidencia explicaron que Macron, que había recibido a Attal en el Palacio del Elíseo a media mañana, le pidió una vez que le presentó la dimisión que "siga como primer ministro por ahora para garantizar la estabilidad del país", sin fijar ningún plazo.

Máximos de participación ante unos comicios decisivos

La alianza de la izquierda finalmente ha dado la campanada en estas elecciones, dando la vuelta a unas encuestas que señalaban de forma unánime como favorita a la Agrupación Nacional. Un vuelco en el que ha sido fundamental una participación histórica: 66,7% del electorado, la cifra de participación más alta en una segunda vuelta desde 1997.

Los franceses se movilizaron más que en la primera vuelta, según este dato de participación. Y es el mayor en una segunda vuelta desde 1997, año de las elecciones legislativas tras la disolución bajo la presidencia de Jacques Chirac.

Los ultras: de victoria histórica a histórica derrota

Los datos de participación reflejan la trascendencia de estas elecciones legislativas, que Macron convocó de forma anticipada tras las europeas. Unos comicios en los que los sondeos alertaban de que, por primera vez, la ultraderecha de Le Pen y su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, podían quedar en primer lugar y hacerse con el poder, tras obtener la victoria en la primera vuelta, en la que cosecharon uno de cada tres votos.

La votación de este domingo determina 501 diputados, después de que 76 ya lograran su elección en la primera ronda la semana pasada, al conseguir más del 50% de los votos de su circunscripción. La ultraderechista Agrupación Nacional era la favorita de todos los sondeos para lograr la victoria, aunque las cifras apuntaban que quedaría lejos de la mayoría absoluta de 289 escaños. Finalmente, sin embargo, el golpe de realidad ha sido tan sonado como altas eran las expectativas de los ultraderechistas.

Le Pen ha lamentado su derrota, que no obstante ha querido presentar como "una victoria en diferido", asegurando que el suyo es el primer partido de Francia y augurando un triunfo futuro: "La marea sube, no lo suficiente esta vez, pero sigue subiendo", ha dicho.

La gobernabilidad, en el aire

El panorama que dibujan los sondeos, sin embargo, es incierto, con una Asamblea Nacional sin mayoría absoluta y dividida en tres bloques muy alejados entre sí y aparentemente irreconciliables. El primer ministro, Gabriel Attal, ha anunciado ya su dimisión, aunque se ha ofrecido a continuar al frente del Ejecutivo "el tiempo que el deber lo exija". El presidente, Emmanuel Macron, esperará a que se configure la nueva Asamblea antes de decidir sobre el próximo Gobierno, según El Elíseo.

El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, le ha pedido ya nombrar a un primer ministro de la alianza de izquierdas ante "la derrota del presidente y de su coalición", pero en el partido de Macron rechazan esa posibilidad.

Le Pen, por su parte, ha reconocido que la decisión de Macron de retirarse de numerosas circunscripciones ha funcionado, pero ha desembocado "en una situación insostenible" con "la extrema izquierda a las puertas del poder". "¿Qué va a hacer ahora? ¿Nombrar a Mélenchon primer ministro?", se ha preguntado. En la misma línea, su candidato, Bardella, ha acusado a Macron de dejar al país "en los brazos de la extrema izquierda de Mélenchon".

Así han votado los líderes políticos

A mediodía habían votado ya algunos de los rostros más conocidos de la política francesa, como el primer ministro saliente, el primero en depositar su voto, justo a las 10:00 horas, en Vanves. El expresidente socialista François Hollande, por su parte, lo hizo en Tulle, en el departamento de Corrèze, donde se presentaba como candidato tras su regreso a la política activa para estas elecciones.

Antes había votado Ciotti, enfrentado a la cúpula de la formación conservadora por su alianza personal con Le Pen. Él depositaba su sufragio en la ciudad de Niza, donde quedó en primer lugar en la primera vuelta para la reelección al escaño que ocupa desde 2008. La anterior primera ministra, Élisabeth Borne, depositó su voto en Vire (Normandía), donde era candidata a renovar su asiento.

Por su parte, Macron hacía lo propio, acompañado de su esposa, Brigitte Macron, en una mesa electoral de la localidad de Touquet, perteneciente a la cuarta circunscripción electoral de Pas-de-Calais. El jefe del Estado ha saludado a los vecinos y curiosos allí congregados, pero como es costumbre en Francia entre los líderes políticos, no ha hecho declaraciones.

La jornada electoral, en directo

Bajo estas líneas puedes leer la cobertura en directo que hemos llevado a cabo de esta jornada electoral en Francia a lo largo del domingo: