El dueño de X (Twitter), Elon Musk, ha pasado horas comentando la detención del CEO de Telegram, Pavel Durov, asegurando que vivimos en "tiempos peligrosos" y considerando "vital para apoyar la libertad de expresión" que se reenvíen publicaciones de su red social a personas conocidas, "especialmente en países con mucha censura".
Pero desde su compra de Twitter y su conversión en X, Musk ha permitido que la red se convierta en un altavoz de bulos. Hace tan solo una semana, la sede de X en Brasil cerraba sus puertas después de que un juez acusase a la red social de obstrucción a la justicia en una investigación que relacionaba mensajes y arengas en la red con el golpe de estado ultraderechista de enero de 2023. Musk no dudó en tildar al juez de ser "una desgracia para la justicia".
Tomás Rudick, coordinador de verificación de Newtral, asegura que Musk ha permitido el aumento de bulos en la antigua Twitter, aupando un aumento de la polarización y "los discursos de odio y violentos". El millonario sigue enarbolando la libertad de expresión, o al menos su idea de esta, allá por donde va.
Mientras tanto, sigue estrechando lazos con el gobierno chino, el argentino, o con el mismisimo Donald Trump, al cual ha apoyado abiertamente en estas últimas elecciones, entrevistándole en su red social.