El rescate en la selva del Guaviare sigue generando conmoción y alegría. Las dos grabaciones difundidas este lunes bien avalan que se haya ganado el nombre de 'Operación Milagro', con el que medios colombianos han rebautizado el operativo.
"¡Encontramos a los niños, encontramos a los niños!", exclaman los voluntarios indígenas al encontrar a los cuatro menores varados entre la espesura selvática. Embargados por la emoción -"este es un gran... una gran... bendición", balbucea uno de los murui- 'pasan lista': no falta ninguno de los hermanos y, aliviados, lo documentan para la posteridad:
"Hemos conseguido el objetivo que queríamos: aquí están los cuatro niños, en nuestra mano con vida. Aquí, la pequeñita de once meses...", se oye en el vídeo.
Lo primero, han contado los rescatadores, era darles calor humano: "¡Los niños deben tener frío, loco!", le dice uno de ellos a otro. "Siente al niño, siéntelo", le instruye. Luego, explicar a los cuatro niños que les enviaba su familia: "Os están buscando vuestro papá, la abuela, vuestro tío también vendrá...", les decían.
"La fe nos ha puesto en el camino...gracias a Dios, Dios nos ha bendecido", afirma un líder indígena mientras abrazan y registran las primeras imágenes de los recién rescatados. Tras los abrazos, y en cuanto se quitaron el susto de encima, los hermanos sólo pensaban en una cosa: comer.
"Tenían mucha hambre: querían arroz con leche, pan...", cuenta Henry, uno de los rescatistas. Pero, claro, tras cuarenta días sobreviviendo a base de yuca y frutitos del bosque -y gracias a la pericia de Lesly, la mayor- eso tampoco podía ser: "¡No le dé tanto dulce, no le dé tanto dulce!", exhorta un líder indígena. "No, no; es suero, es suero", contesta el otro.
Alimentados y acompañados, los refuerzos no tardaron en llegar. "Vamos a entregar a los niños a la Fuerza Armada Colombiana", narra el segundo vídeo. Los soldados les subieron al helicóptero y les hicieron primeros reconocimientos médicos de urgencia yaa bordo hacia Bogotá, donde se recuperan.
Con todo, esta emocionante 'Operación Milagro' no ha dejado de ser 'Operación Esperanza', la cual prosigue en la búsqueda incansable de Wilson, el pastor belga malinois del Ejército que localizó y acompañó a los hermanos. Permaneció a su lado, jugó con ellos, "demacrado" por la falta de comida pero empeñado en proporcionarles protección y compañía. Se perdió el 8 de junio, en pleno operativo, quizá porque le asustó alguno de los animales salvajes que habitan en la jungla.
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Wilson es ahora, en el país que llora de alegría tras contener el aliento angustiado durante tantos días, un héroe nacional de Colombia. Las redes sociales claman por que no se le dé por perdido. Seguirán buscándolo. Las Fuerzas Armadas así lo han prometido.