La Comisión para la Verdad y Reconciliación de Burundi ha confirmado el hallazgo de 6.032 muertos en seis fosas comunes cavadas en la provincia de Karusi, en el centro este del país, durante el genocidio contra la población hutu en la década de los 70, y cuyas tareas de recuperación se pusieron en marcha en enero.
El presidente de la comisión, Pierre Claver Ndayicariye, realizó el anuncio a última hora del pasado viernes tras declarar su apoyo a los familiares de las víctimas, que acusan al Estado burundés de perpetrar estos asesinatos, fechados aproximadamente en 1972.
Las seis fosas fueron cavadas en la localidad de Bukirasazi, en el condado de Shombo junto a otras ocho pendientes de investigación, según el presidente de la comisión, quien ha resaltado que las tareas de recuperación tardarán en completarse porque "Burundi tiene más de 4.000 fosas comunes".
Las víctimas son maestros, funcionarios, religiosos, altos funcionarios y agentes de las fuerzas de seguridad, prácticamente todos pertenecientes "cierto grupo étnico". Oficialmente, la comisión no menciona el origen étnico de las víctimas, pero es de conocimiento común que son víctimas hutus de las masacres de 1972, durante la represión militar del régimen tutsi contra la organización armada del Partido de los Trabajadores de Burundi.
Ndayicariye ha asegurado a los familiares que las víctimas serán enterradas "con dignidad", según declaraciones recogidas por el portal de noticias Iwacu.
La comisión ya ha identificado a unas 142.000 víctimas mortales de los diferentes genocidios cometidos a lo largo de los numerosos conflictos que han sacudido el país africano durante los últimos 60 años.