Cerca de 700 personas han sido evacuadas por el avance del fuego en Portugal, que activó de nuevo el mecanismo europeo de ayuda y recibirá cuatro aviones de Francia e Italia que se suman a los dos ya enviados por España.
Los evacuados -669 personas del centro y sur portugués- comenzarán a regresar progresivamente a sus hogares, pero "es un proceso largo", admitió hoy Andre Fernandes, comandante de Emergencia Nacional y Protección Civil. En total, se contabilizan unos 45 heridos. Además, Portugal ya informa de cinco bomberos heridos de gravedad después de que el vehículo en el que viajaban fuera consumido por las llamas, así como un VCOT de la corporación Almada.
Además, la policía investiga el hallazgo del cuerpo carbonizado de una mujer en un pequeño fuego rural en las proximidades de Aveiro -cerca de Oporto, distante de la zona roja de incendios- y que, según las conclusiones iniciales, se debería a un accidente. Sería la única víctima mortal hasta el momento.
En Faro (Algarve, sur del país), el otro gran frente de incendios, el viento complica las tareas de extinción en las proximidades de la universidad y cerca de un área residencial que ya ha sido evacuada.
Las llamas, que se extienden por más de ocho kilómetros, se desataron cerca del recinto donde se concentran miles de motoristas que participarán esta semana en un festival de motos en Faro. El tercer flanco abierto en Portugal está en el norte, en el parque nacional de Peneda Geres, donde varias aldeas están amenazadas. De hecho, este incendio ya se puede ver desde Pontevedra.
La sequía que sufre la mayor parte del país alimenta los incendios y el bajo nivel de agua en las presas dificulta el abastecimiento de los aviones que trabajan en la extinción.
El Gobierno portugués mantiene la alerta roja en todo el país y ha declarado el estado de contingencia, que incluye la prohibición de quema de rastrojos, el uso de pirotecnia, maquinaria y actividad en áreas forestales y el refuerzo de equipos de extinción.