Doce escaños menos y la pérdida de la mayoría de su partido en el Parlamento. Es el saldo que Theresa May ha obtenido de su idea de adelantar las elecciones en Reino Unido.
Unos comicios marcados por los últimos atentados terroristas y unos sondeos que ya apuntaban a que Jeremy Corbyn podría comerle terreno a la primera ministra británica.
May y su Ejecutivo han sido duramente criticados en los últimos días. La razón, los problemas de seguridad que el atentado de Londres ha destapado. Dos de los tres terroristas estaban fichados por su radicalismo, sin embargo las autoridades no actuaron contra ellos.
La gestión en las tareas de identificación de los víctimas del atentado también ha sido duramente criticada por el resto de países.
Con respecto a Europa, May quería obtener de estos comicios el refuerzo necesario para negociar con Bruselas el 'Brexit'. Sin embargo, su reunión con Juncker, a los pocos días de anunciar el adelanto electoral, dejó entrever la tensión y las desconfianzas de la Comisión Europea.
Según los expertos, su ausencia en el debate de la BBC fue también un imperdonable error. Corbyn estuvo más hábil y se presentó en el último momento. Además, apuntan que tras dos meses de campaña electoral, May llegó con una imagen "débil" y "tambaleante" a las urnas.