Todos son héroes rusos sin distinciones. Para el expresidente Dmitri Medvédev los protagonistas rusos del intercambio con Occidente se merecen todos los honores: "Los ciudadanos retornados son patriotas de nuestra Patria que han realizado una hazaña. Y por eso son merecedores de las condecoraciones estatales que dijo Vladímir Putin".
Coincide con Putin que además de recibirles a los pies del avión en su llegada a Moscú, les anunció que serían condecorados. "Todos ustedes serán nominados para los premios estatales", expresaba el presidente del Kremlin. Y entre los recién llegados estaba el: Vadim Krasikov. Fue condenado a cadena perpetua en Alemania por matar a un alto dirigente checheno. Con él hacía esta comparativa el diario italiano La Stampa: Biden con un periodista; Putin, con un asesino, rezaba el titular.
También llegaron ellos Anna y Artem, oficialmente, un matrimonio argentino, en la realidad, espías rusos. Estaban detenidos en Eslovenia. Llegaron con sus dos hijos, ellos no sabían nada hasta que aterrizaron y fueron recibidos por Putin:
También llegó el hispano-ruso Pablo González. Trabajaba como periodista para el diario Gara y colaboraba, de forma puntual, con otros medios españoles como laSexta hasta ser detenido en Polonia en 2022, acusado de espionaje.
Según ha informado su mujer a Europa Press, ahora está en un centro sanitario en Moscú por un problema de pulmón. Tras alegrarse por su liberación, Reporteros sin Fronteras defiende que no sabe qué significado tiene su llegada a Moscú, y esperan explicaciones.
"Sinceramente para nosotros Putin no nos convence como defensor del periodismo libre, que quede bien claro", ha asegurado Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras. El servicio de inteligencia británico también le considera un espía ruso... aunque no ha llegado a ser juzgado.