En el mayor canje de prisioneros desde la Guerra Fría, Estados Unidos y varios países aliados intercambiaron este jueves con Rusia a 24 presos, entre ellos el periodista estadounidense Evan Gershkovich y el hispano-ruso Pablo González, en el aeropuerto de Ankara y bajo la coordinación de los servicios secretos turcos.

Al mismo tiempo, Estados Unidos confirmó que las negociaciones contemplaban en un inicio la liberación del líder opositor ruso Alexéi Navalni, pero este falleció en una cárcel rusa en febrero pasado.

Esta información se ha comunicado a la llegada de los presos intercambiados a Estados Unidos, donde han sido recibidos por Joe Biden en el Despacho Oval, aunque el presidente estadounidense se desplazó a recibirlos a pie de pista a Maryland. Lo mismo hacía la contraparte de este intercambio, Vladimir Putin, en Vladivostok.

Son en total 24 presos intercambiados: 16 de Rusia hacia Occidente y ocho de cárceles estadounidenses y europeas para volver a Rusia. Ha sido una jugada a siete bandas. Rusia y Estados Unidos han sido las principales implicadas, pero Alemania, Noruega, Eslovenia y Polonia también han excarcelado a rusos, y Turquía que ha mediado.

Además, hoy sabemos que ambos cerraron el histórico canje del que estos cautivos forman parte apenas una hora antes de que Biden anunciara que renunciaba a la reelección.

Entre ellos debía haber estado el mediático opositor a Putin Alexéi Navalni, pero murió antes en las garras del Lobo Polar, la prisión ártica a la que Rusia le desterró.

"A Putin le dijeron claramente que para sacar a Krasikov tenía que intercambiar a Navalni. 'Un momento. No puedo tolerar que Navalni quede libre. Es un comportamiento de mafioso loco", pensó Putin', asegura María Pevchikh, periodista rusa.

Los liberados estadounidenses irán, de momento, a Texas, donde les integrarán en el programa PISA, que incluye terapia y actividades de readaptación a la vida en libertad tras años encerrados en penales rusos.