"El coronavirus no fue desarrollado como un arma biológica". Es la conclusión a la que han llegado las agencias de Inteligencia de Estados Unidos tras analizar el virus SARS-CoV-2, originado en China y causante de una pandemia mundial.
En su informe, también descartan que el virus fuera el fruto de manipulación genética, como afirman sin ningún tipo de pruebas sectores conservadores del país. Sin embargo, no llegan a una conclusión clara sobre el origen del COVID-19 y considera "plausibles" dos hipótesis.
La primera, es la de la exposición natural a un animal infectado, es decir, el virus habría sido transmitido a un humano mediante un animal. La segunda, que haya sido producto de un accidente o una fuga en un laboratorio.
Concretamente, cuatro agencias de Inteligencia de Estados Unidos creen que el virus tiene origen animal, aunque tienen una "confianza baja" en esa idea. Mientras, una quinta agencia concluye con "confianza moderada" que el primer contagio fue producto de un accidente en el Instituto de Virología de la ciudad china de Wuhan, donde se detectó la enfermedad por primera vez. Otras tres agencias han señalado que no pueden posicionarse con ninguna de las dos teorías sin información adicional.
Critican a China la falta de transparencia y colaboración
La investigación, que fue ordenada por Joe Biden, presidente de la nación, se ha encontrado varias trabas al tratar con el Gobierno chino. Según indican en el resumen del informe -ya que el texto completo es información clasificada-, para llegar a mejores conclusiones sobre el origen del virus, sería necesaria la colaboración del Gobierno chino, al que acusa de "resistirse" a dar información y de "entorpecer" las investigaciones.
Considera Biden que China "sigue rechazando los llamamientos a la transparencia y reteniendo información, incluso cuando el número de víctimas sigue aumentando".
Pese a las críticas a Pekín, Washington afirma que las autoridades chinas "no tenían conocimiento previo del virus antes del brote inicial", como han defendido miembros del Partido Republicano sin aportar pruebas. El propio expresidente Donald Trump se pasó meses defendiendo ante la opinión pública que el virus se originó en un laboratorio de Wuhan, un posicionamiento que provocó fuertes tensiones con China.
Biden confirma que se seguirá investigando
Tras este primer informe, el mandatario estadounidense ha garantizado que los "esfuerzos" de Washington para comprender los orígenes de la pandemia "no se detendrán".
"Haremos todo lo posible para rastrear las raíces de esta pandemia que ha causado tanto dolor y muerte en todo el mundo, para que podamos tomar todas las precauciones necesarias para evitar que vuelva a ocurrir", ha agregado Biden. "El mundo merece respuestas y no descansaré hasta que las obtengamos", ha afirmado.