La investigación ha concluido que el bombardeo, cometido en el distrito de Al Jadida, activó unos explosivos almacenados en el edificio por miembros del grupo terrorista Daesh.
El inmueble se vino abajo como consecuencia de la deflagración, lo que provocó uno de los incidentes con más víctimas civiles que se recuerdan en el marco de una intervención militar de Estados Unidos en el extranjero.
Las fuerzas norteamericanas colaboran desde octubre con las iraquíes para expulsar al Daesh de su último gran bastión en Irak.