Cada vez que el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se niega a acoger a migrantes rescatados, lo hace incumpliendo varios tratados internacionales: la Convención de Nacionas Unidas sobre el Derecho del Mar, El Convenio Europeo de Derechos Humanos o la Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea son algunos de ellos. Unos acuerdos que pueden saltarse con relativa facilidad si el resto de Estados no lo denuncian.
"El gran problema de aplicar leyes internacionales o el derecho internacional es si a los estados les interesa realmente aplicarlo, y lo cierto es que no, no interesa. ¿Por qué? Porque en un momento dado, en el futuro, pueden ser ellos mismos los que se salten esas normas", ha explicado Fernando Arancón, director de 'El Orden Mundial'.
Quien sí dispone de mecanismos para emprender acciones legales contra Italia es la Unión Europea, pero tampoco está por la labor, según los expertos. Consideran que una sanción a Italia serviría a Salvini como argumento para fortalecer su discurso antieuropeista. "Ahora mismo, Italia está en una situación preelectoral. Puede ir a elecciones en unos meses. Por tanto, una situación así sería regalarle miles de votos a Matteo Salvini y a La Liga", ha insistido Arancón.
Las ONG critican la "pasividad" de Europa mientras los casos como el Open Arms o el Ocean Viking se repiten. Según Médicos sin Fronteras, en el último año, en el Mediterráneo se han bloqueado más de 20 barcos con 3.000 migrantes a bordo.
"Deberían ser los estados europeos, coordiandos probablemente por la Unión Europea, los que deberían emprender una operación a gran escala, y bien coordinada, para detener los flujos migratorios ilegales", ha concluido Arancón. Pero a falta de acuerdos entre los Estados, las ONG siguen rescatando vidas en alta mar.