Con el aumento de los contagios golpeando a toda la Eurozona, nuestros vecinos intensifican sus controles fronterizos para limitar así la entrada y salida de ciudadanos que puedan introducir nuevas cepas en sus territorios.
Es el caso de Alemania, que ha restringido la entrada al país de personas procedentes de las zonas más afectadas por las nuevas cepas, como Brasil, Sudáfrica, Reino Unido, Irlanda y Portugal.
Además, es obligatorio un doble test negativo para aquellas personas que lleguen desde lugares con una incidencia superior a 200: el primero 48 horas antes de viajar y el segundo, a los cinco días de la cuarentena obligatoria.
Más que cerrar sus fronteras de forma total, abogan por aplicar medidas más restrictivas, posición similar a la trasladada desde la Comisión Europea. La Comisaria Europea de Interior, Ylva Johansson, pedía "desalentar los viajes no esenciales".
Portugal, Francia, República Checa...
Desde esta medianoche, los portugueses ya no pueden salir de su país durante los próximos 14 días. Cierran la frontera con España, con estrictos controles a ambos lados y solo 13 pasos habilitados para viajes esenciales.
Además, ahora se requiere una PCR negativa obligatoria, así como una cuarentena para los que lleguen desde países con una alta incidencia.
Mismo caso que en Francia, donde a partir de este domingo también se prohíbe cualquier viaje hacia y desde fuera de la Unión Europea "salvo por motivos imperiosos", como explicaba el primer ministro, Jean Castex.
Una medida que lógicamente afecta a Reino Unido, aunque no lo hará a los transportistas, como ha informado el gobierno británico.
En la República Checa ya no se puede entrar si no se trata de un viaje esencial, aunque son muchas las excepciones -trabajo, motivos de salud o bodas y entierros-. Son tantas las excepciones que el Gobierno ha tenido que matizar: quedan prohibidos los viajes de turismo.
Estos son los últimos países de la Unión Europea en aplicar restricciones en la frontera, tras Dinamarca, Hungría, Austria, Finlandia y Bélgica.