La emigración a las ciudades no solo dejó abandonado el campo, sino también los montes y su actividad. Una de ellas, la extracción de resinas naturales. Y a esto, para seguir rematando el negocio, se sumaron las resinas sintéticas
Una ecuación maldita y perfecta para que el oficio se perdiera por completo en Cobeta, Guadalajara. Enrique Martínez fue uno de ellos durante 35 años. Cuenta a los micrófonos de laSexta que en el pueblo llegó a haber entre 70 y 80 resineros, pero la actividad se perdió "porque la gente emigró".
Y, ojo, en 2008 el oficio de resinero casi se perdió en su totalidad en toda España.
Pero, cosas de la vida, y del futuro ecológico que estamos obligados a asumir, la profesión de resinero se está recuperando. Lo mostramos en el vídeo de arriba.
Ese es el objetivo de Go-Resinlab, un proyecto financiado con fondos europeos e impulsado en tres comunidades autónomas: Extremadura, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Cobeta se ha sumado este año, y allí están investigando cómo mejorar las técnicas de extracción para mantener la profesión.
Una de ellas trata de agilizar la recolección de la resina. Lo cuenta a laSexta Basilio Rodríguez, ingeniero de la consultora medioambiental Gea Forestal: "En el sistema tradicional se hacen heridas horizontales y hay que hacer una preparación, quitar la corteza..." Mientras que, con la técnica nueva, las incisiones sobre el árbol se hacen directamente con un taladro, explica, lo que "evita bastantes horas de trabajo".
Para los vecinos de la zona, el proyecto es una buena noticia, porque si llegan resineros podrá aumentar la población: "Aquí no hay apenas trabajo para ningún joven", cuenta uno de ellos.
Porque se trata de mucho más que una actividad económica, defiende Aída Rodríguez, de Fundación Cesafor: se trata de "defender esta figura como alguien que viven en los pueblos, que trabaja en los montes y que es una figura esencial para que el funcionamiento de un monte sea estable".
Con certificación ecológica
Los resineros piden que se apueste por la resina natural frente a las resinas sintéticas como alternativa ecológica y también como medio para fijar población rural.
Y, de alguna forma, desde que ha empezado este 2022 esta apuesta es más clara. Porque la nueva normativa sobre producción ecológica que ha entrado en vigor en toda la Unión Europea incluye las resinas naturales como productos que pueden obtener la certificación ecológica. Una nueva legislación vigente desde enero de 2022 y que tiene como objetivo reflejar la evolución de este sector: un sistema certificación más sencillo que busca reflejar la evolución de este sector y evitar el fraude a los consumidores.
Estos son los nuevos productos que van a poder acogerse a estas las normas de producción ecológica:
Es por ello, quizá, que Basilio Rodríguez augura un buen avenir a esta actividad: "No es que tenga futuro, es que nos van a obligar a que tenga futuro: la resina es un producto sostenible, de nuestros bosques y un producto local", sostiene. Pues eso, que se buscan resineros: razón, el monte español.