La investigación más puntera para acabar con las malas hierbas en la agricultura, pero de una forma natural. Esa es una las principales tareas de Kimitec, una multinacional biotecnológica española que investiga mediante métodos naturales cómo acabar con el glifosato y otros herbicidas químicos que la Unión Europea quiere prohibir definitivamente.
Visitamos su sede almeriense, el mayor centro de investigación de agricultura natural de toda Europa, en el que conocemos sus proyectos para conseguir una agricultura natural en la que poder erradicar el glifosato, el herbicida más utilizado en todo el mundo.
El glifosato es un herbicida que ha sido clasificado por la Organización Mundial de la Salud como "probablemente cancerígeno para los seres humanos". Ya está prohibido en algunos países e incluso en algunos municipios de España.
Así, el objetivo es lograr una alimentación sin químicos, y lo consiguen buscando "candidatos naturales" que sustituyan a los herbicidas en el campo, cuenta Efrén Remesal, responsable de I+D+i de Kimitec, citando como ejemplo un extracto de una hoja de menta.
En sus instalaciones, que puedes ver en estas imágenes, están probando cómo funcionan esos candidatos naturales contra diferentes especies invasoras, las que conocemos usualmente como malas hierbas.
Además de los herbicidas, en Kimitec investigan también acabar con los insecticidas químicos. Y el resultado se puede comprobar en un cultivo de berenjenas en el que Manuel Pérez, agricultor, detalla que se han utilizado insectos autóctonos para repeler las plagas: "Son residuo cero", apunta.
Pero además, en esta empresa hacen uso de la inteligencia artificial para mejorar la producción agrícola y cuentan con una base de datos propia para la investigación en agroalimentación.
De la granja a la mesa
Todos estos proyectos de Kimitec, sostenidos con fondos europeos, van en la línea de la estrategia europea sobre agricultura sostenible; un objetivo prioritario de la Unión Europea, que ha centralizado toda su política agrícola en la estrategia ‘De la granja a la mesa’, aprobado en 2020.
En concreto, la UE propuso reducir al 50% el uso de plaguicidas y que al menos el 25% de su producción sea ecológica para 2030, así como otras propuestas en torno a la agricultura ecológica, el etiquetado de los envases y la reducción del desperdicio de alimentos.
Alcanzar esas cifras va a suponer un gran esfuerzo a los países miembros, pues en la actualidad la UE se encuentra lejos de ese 25%, salvo Austria, que ya lo alcanzó en 2019, como se comprueba en el siguiente gráfico. País que, por cierto, ya tiene prohibido el glifosato.
Estos son los principales objetivos de la estrategia:
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- Garantizar suficientes alimentos, y que sean asequibles y nutritivos, sin superar los límites del planeta.
- Reducir a la mitad el uso de plaguicidas y fertilizantes y la venta de antimicrobianos.
- Aumentar la cantidad de tierra dedicada a la agricultura ecológica.
- Promover un consumo de alimentos y unas dietas saludables más sostenibles.
- Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
- Luchar contra el fraude alimentario en la cadena de suministro.
- Mejorar el bienestar de los animales.