Tocar una planta y que se ilumine una lámpara. Puede parecer ciencia ficción, pero ya es real. Puede sonar a magia, pero detrás hay un gran trabajo de investigación. Y lo ha conseguido una empresa biotecnológica de Viladecans (Barcelona). Lo explicamos en este vídeo.
Han conseguido crear nada menos que energía a partir del proceso natural de las plantas. "En cualquier parque, jardín o tierra, hay una presencia de materia orgánica", explica a laSexta Pablo Vidarte, CEO y fundador de Bioo. De forma natural, los microorganismos "se comen" esa materia orgánica y liberan electrones. Ahí es donde interviene su tecnología: "Lo que hacemos es atrapar en una corriente eléctrica esos electrones que desprenden", apunta Vidarte.
Como ejemplo de su funcionamiento, el banco de plantas que puedes ver en el vídeo, en el que puede cargarse un teléfono móvil gracias a la energía captada.
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Pero, además, han creado también interruptores biológicos: la planta detecta nuestra presencia al tocarla y es capaz de activar sonido o incluso luz, como la maceta que mostramos en el vídeo y que saldrá al mercado pronto.
Con esta misma tecnología, que ha contado con el apoyo de fondos de la Unión Europea, esta empresa I+D ha conseguido incluso crear un piano biológico. En suma, buscan en la biotecnología provocar un cambio en la relación con la naturaleza, cuenta Vidarte.
Innovación en las baterías
Otro de los importantes frentes abiertos que tiene Europa en su búsqueda de la revolución energética es la innovación en baterías.
El reto es claro. Móviles, tabletas, coches híbridos... El aumento de consumo de dispositivos digitales, así como el de vehículos eléctricos, hace que año tras año suba también el número de baterías utilizadas en todo el mundo. De hecho, como vemos en este gráfico, el número de coches eléctricos que se registran cada año está aumentando a pasos gigantescos, y en 2020 ya fueron el 11% de todos los coches registrados en Europa.
Y la UE quiere que sean muchos más: su objetivo es que en 2030 circulen por las carreteras europeas como mínimo 30 millones de vehículos eléctricos.
Por ello, un proyecto europeo está buscando producir baterías eléctricas más sostenibles y eficientes.
El proyecto Marbel, liderado por el centro tecnológico catalán Eurecat, y con más de 11,7 millones de euros de presupuesto, está desarrollando una nueva batería ligera y competitiva, que dure más y se cargue en menos tiempo.
"Queremos reducir el tiempo de carga en un 25%", cuenta Alberto Gómez, coordinador de Marbel, que reúne a 16 socios de ocho países y está formado por seis centros de investigación.
En el mismo sentido, el Parlamento Europeo trabaja en una actualización de la directiva actual sobre baterías que aborde las cuestiones medioambientales, éticas y sociales relacionadas con este producto, un mercado que la UE considera estratégico.
Se trata, según la Comisión Europea, de garantizar que estas puedan ser reutilizadas, refabricadas o recicladas al final de su vida útil. La UE estima que la demanda mundial de pilas y baterías se multiplicará por 14 de aquí a 2030 y el mercado europeo supondrá el 17% de toda esa demanda. Sin embargo, y según datos de la comisión europea, en 2019 solo se recogieron para su reciclaje el 51% de las pilas vendidas en la UE.