Elecciones europeas 2024
Sumar gana el duelo a Podemos pero sólo consigue tres escaños en las elecciones europeas
La separación de Sumar y Podemos ha repercutido en la pérdida de un escaño del bloque, con la victoria de los primeros obteniendo un escaño más (tres) que sus rivales morados (dos).
Sumar ha sufrido un varapalo electoral en estas elecciones europeas al cosechar solo tres eurodiputados, con el 4,65% de los votos (811.545 papeletas). Esto supone un duro revés para el socio minoritario del Ejecutivo y puede reabrir tensiones internas con sus aliados, dado que Izquierda Unida, que iba en la cuarta posición, se ha quedado sin escaño.
Mientras, Podemos ha resistido en estos comicios, que había planteado como unas primarias dentro de la izquierda alternativa, al conseguir de la mano de su candidata, la exministra de Igualdad Irene Montero, dos escaños y el 3,28% (571.902) de los sufragios emitidos. Con estos resultados, el partido plantará cara al proyecto liderado por Yolanda Díaz en la pugna que mantienen tras su ruptura de finales del año pasado.
El resultado conjunto de las dos candidaturas empeora considerablemente el obtenido por Unidas Podemos (que agrupó a Podemos, IU y comunes) en 2019, dado que logran 7,92% del voto y cinco escaños cuando hace cinco años el espacio logró 10,1% y seis eurodiputados.
Ambas formaciones se quedan muy lejos del balance obtenido hace diez años cuando Podemos, que irrumpió con fuerza en el mapa político de la mano de su exlíder Pablo Iglesias, e IU lograron el 18% de los votos emitidos (más de 2,7 millones) y 11 escaños, quedándose a casi 800.000 votos del PSOE. Entonces, los morados consiguieron cinco escaños y casi el 8% (con más de 1,2 millones de votos) e IU seis con el 10% y (1,5 millones de votos).
De hecho, Sumar se queda en niveles de porcentaje de voto similares a los que logró IU en las europeas de 1999, y Podemos en un volumen similar al logrado por esta formación en 2004 (que se tradujeron en dos escaños). También supone un resultado magro para la izquierda alternativa en comparación con las últimas elecciones generales del 23J, cuando la lista que compartían Sumar y Podemos obtuvo el 12,33% del voto emitido (más de tres millones de sufragios).
Sumar sale debilitada
El resultado para Sumar confirma su nefasto ciclo electoral, que en las elecciones gallegas de febrero quedó como fuerza extraparlamentaria, solo logró un diputado en las autonómicas de Euskadi y siguió en tendencia descendente en Cataluña con los seis escaños de los comunes (el más bajo de su historia). Las sensaciones en Sumar no eran positivas a finales de campaña y en esta noche electoral se han confirmado que no han llegado a sus expectativas mínimas, que eran cuatro escaños y luchar por el quinto para coger tendencia ascendente.
De esta forma, el proyecto de Díaz sigue sin rentabilizar su presencia en el Ejecutivo y de hecho sale debilitado de esta cita, dado que su mensaje de reforzar su posición en el Gobierno no ha calado en el electorado de izquierdas. Es más, sufre una pinza del PSOE al no poder revertir la concentración de voto progresista de su socio de coalición, y por el flanco de Podemos, con un discurso más crítico y enarbolando falta de avances en lo que va de legislatura resiste con dos escaños.
Izquierda Unida, la gran damnificada
También implica un revés para la vicepresidenta segunda, que se ha volcado en esta campaña electoral con más de una decena de actos para paliar el hándicap de optar por una cabeza de lista, Estrella Galán, desconocida para el electorado. De hecho, Díaz no ha asistido al cuartel general de su formación en el Espacio Larra de Madrid y ha seguido el escrutinio en la sede del Ministerio de Trabajo.
Además, supone un golpe en el plano interno para el proyecto de Díaz dado que en esta cita acudía con sus principales aliados aunque tras tensiones en la negociación con sus socios por los puestos de lista electoral. Sin embargo, el emular el grueso de la coalición al 23J no ha sido un factor de reimpulso electoral y consiguen escaño solo Sumar (Estrella Galán), los comunes (Jaume Asens) y Compromís (Vicent Marzà), mientras que IU y Más Madrid no entran en la Eurocámara al ir en el puesto cuarto y quinto.
La debacle impacta sobre todo en IU, que primó la unidad aunque criticó verse relegado al cuarto puesto en la lista, que por primera vez desde que se desarrollan los comicios europeos no tendrá escaño en Bruselas, cuando hasta la fecha tuvo el suelo mínimo de dos tanto en solitario como cuando formó parte de la coalición con Podemos.
El mal resultado llega también en pleno proceso de construcción orgánica de Sumar tras su primera asamblea en marzo y con la incertidumbre sobre si sus aliados formarán parte de los órganos de dirección una vez que esa integración quedó paralizada por motivos de estos comicios y después de las fricciones con IU, que decidió suspender su entrada en las estructuras de Sumar tras quejarse de su puesto en la lista y que también expresó su desacuerdo por la cuota del 30% reservada por Sumar para los partidos.
En las filas de Sumar, creen que Podemos ha resistido mejor de lo esperado y que las características de estos comicios, en los que no se eligen Gobierno, ha fomentado que su discurso crítico haya seducido a parte del electorado que les hubiera apoyado en unas generales. Mientras, Podemos coge aire con este resultado, tras arrastrar un declive electoral desde 2019, que tiene aire de revancha tras meses la pugna interna con Sumar, primero denunciando el veto a Irene Montero en las listas a las generales y denunciando luego su exclusión del Ejecutivo hasta la ruptura.
Para ello encomendaron su futuro como formación precisamente a la exministra de Igualdad, confiando en su fuerte tirón en el electorado de izquierdas para rearmarse, su experiencia política para un buen desempeño en los debates y volcar a la organización en la apuesta por el 9J, comicios que llevan preparando desde hace seis meses.
Su estrategia, coincidiendo con su décimo aniversario y el hito de su primera presencia en el Parlamento Europeo, ha estado sustentada en un mensaje de tono épico y primando el componente emocional junto al ideológico para levantar a la formación morada. Así, se han centrado por ejemplo en censurar la "hipocresía" del Ejecutivo respecto a la causa palestina (al no romper relaciones con Israel), la denuncia a la deriva "belicista" en la UE y la falta de ambición del Ejecutivo del que ya no forman parte.