Los ataques de Israel se han cobrado ya medio millar de muertes en Líbano, donde miles de familias se han visto obligadas a huir mientras la comunidad internacional advierte del riesgo cada vez mayor de "una guerra total".
En una jornada de violencia sin precedentes desde que estalló el intercambio de fuego entre Tel Aviv e Hizbulá hace casi un año, tras los ataques de Hamás del 7 de octubre y el inicio de la ofensiva israelí en Gaza, Israel desataba este lunes una campaña masiva de bombardeos contra diferentes puntos del país vecino que deja ya más de 550 muertos y más de 1.800 heridos, así como decenas de miles de desplazados.
El lunes por la mañana, Israel instaba a la población libanesa a abandonar zonas del sur del país ante los inminentes bombardeos. Posteriormente, el Ejército israelí daba dos horas a los residentes del Valle de la Bekaa, al este, para evacuar las áreas cercanas a edificios utilizados por Hizbulá antes de lanzar nuevos ataques.
Familias que huyen a toda prisa y carreteras colapsadas
Familias del sur de Líbano se apresuraron a cargar sus vehículos con sus pertenencias y a subir a sus familiares, en algunos casos varias generaciones en un mismo automóvil, mientras llovían las bombas y las carreteras hacia el norte quedaban paralizadas. "Cogí todos los documentos importantes y salimos. Había ataques alrededor. Fue aterrador", relataba a Reuters Abed Afou, que huyó con su familia, incluidos sus tres hijos de entre seis y 13 años. No sabían dónde se quedarán, pero querían llegar a Beirut.
Los desplazados huyen principalmente hacia el norte y el oeste del país, así como hacia la capital, pese a que los suburbios al sur de la ciudad tampoco se ha librado de un ataque de "precisión" israelí. También se han registrado evacuaciones en suburbios capitalinos conocidos, como el Dahye, bastión de Hizbulá que hace unos días ya fue objetivo de otro bombardeo que mató a más de medio centenar de personas, entre ellas más de una docena de altos cargos del grupo chií.
El ministro Nasser Yassin, encargado de coordinar la respuesta a la crisis, trasladaba a la citada agencia que se han dispuesto 89 refugios temporales en escuelas y otras instalaciones para acoger a quienes huyen de "las atrocidades israelíes". Por su parte, el ministro de Salud Pública, Firas Abiad, indicaba en rueda de prensa que "como consecuencia de estos ataques, se desplazaron miles de familias de las zonas objetivos de las acciones", aunque no ofreció cifras específicas de cuántas personas o zonas están afectadas.
Según la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN), la entrada a la ciudad meridional de Sidón, en la principal autovía costera de Líbano, está registrando fuertes atascos debido a la cantidad de vehículos que están abandonando las zonas más al sur.
Uno de los colegios habilitados como albergues para los desplazados a las afueras de la capital estaba completamente a oscuras la noche del lunes y carecía de colchones, agua o los servicios más básicos para atender a las familias, según pudo constatar la agencia Efe. Frente a una mesa para registrar a los recién llegados, un coordinador explicaba a una de las familias que no había "nada" en el albergue y les pedía que se subieran a un vehículo para trasladarlos a otra zona de acogida.
De los más de 113.000 desplazados internos que la ONU había contabilizado hasta ahora en casi un año de violencia en Líbano, la gran mayoría estaban siendo acogidos por familiares o se habían asentado en residencias y viviendas de alquiler.
Al borde de una "guerra total"
Entretanto, el temor a una "guerra total" y a una invasión terrestre no hace sino crecer, mientras la comunidad internacional urge a acometer una desescalada. En las últimas horas, el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha advertido de que "estamos al borde de una guerra total" en Líbano.
"La catástrofe continúa, y la escalada en Líbano es extremadamente peligrosa y preocupante. Estuve en Líbano hace unos días, justo antes de la explosión de dispositivos electrónicos. Ha estado creando terror entre la población libanesa. Puedo decir que estamos casi en una guerra total. Estamos viendo más ataques militares, más daños colaterales, más víctimas", declaraba el jefe de la diplomacia europea desde Nueva York, que esta semana acoge el debate de la Asamblea General de la ONU.
Borrell ha lamentado que han muerto un "gran número de niños y mujeres", mientras "vemos a miles de personas huyendo hacia el norte" y "provocando grandes atascos en el sistema de transporte al escapar". "Los ataques continuarán y los bombardeos también", ha alertado.
"Los civiles están pagando un precio intolerable, inaceptable", ha afirmado Borrell, que ha aseverado que los balances preliminares de víctimas "escapan a cualquier tipo de consideración", puesto que se están produciendo explosiones "sin tener en cuenta el entorno en el que explotan": "Ya sea en un centro comercial, en una plaza, en la calle, en un hospital, donde sea. Son ataques selectivos y al mismo tiempo aleatorios", ha criticado.
El jefe de la diplomacia comunitaria ha precisado que esos ataques han sido "selectivos por el propósito" y "aleatorios por las consecuencias" y ha condenado estas acciones, haciendo hincapié en que "los civiles están pagando un alto precio" y que "debe evitarse" una "guerra en toda regla", renovando "los tensos esfuerzos de mediación diplomática". Así, aunque ha considerado que "todavía tenemos esperanza", también ha manifestado que "las peores expectativas se están convirtiendo en realidad".