El deshielo de los glaciares es la consecuencia más evidente del cambio climático. En los útimos 30 años, el ártico ha perdido casi 4 millones de kilómetros cuadrados de hielo y su grosor es cada vez menor.
La última amenaza es la aparición de una grieta que ha crecido 17 km en la última semana. Si finalmente se separa, una masa de hielo del tamaño de la isla de Córcega quedará flotando en el océano Atlántico.
Según los últimos estudios, el crecimiento de los océanos se está acelerando unos 3 milímetros al año y como consecuencia ya existen países como Vanuatu que están a punto de desaparecer. "Ahora de lo que se trata es de no sobrepasar 2ºC con respecto al periodo preindustrial, porque en ese caso las consecuencias serían irreversibles", explica Martín-Vide, científico.
Los desastres climáticos se han duplicado en los últimos 20 años, y uno de los más recientes es el huracán Matthew, que dejó 600 muertos en Haití.
En el último siglo, la temperatura ha aumentado 1,5 grados y las previsiones siguen siendo malas. Millones de personas están padeciendo hambrunas al ver cómo desparecen sus medios de sustento.