Nuevo apoyo a Trump y su gestión de las protestaspor el caso George Floyd. El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha defendido el uso de gas lacrimógeno y balas de goma contra los manifestantes concentrados a las afueras de la Casa Blanca.

Así, el fiscal ha incidido en que la multitud "se estaba volviendo más rebelde" y ha desvinculado el uso de la fuerza policial con el hecho de que el presidente, Donald Trump, abandonara la Casa Blanca para fotografiarse en la iglesia de Saint John.

"No hubo correlación entre nuestro plan táctico de mover el perímetro una manzana y que el presidente fuera a la iglesia", ha dicho Barr en rueda de prensa. En este sentido, ha defendido que los agentes ya habían decidido expandir la barrera protectora alrededor de la Casa Blanca con el objetivo de crear "más de un amortiguador" después de los "disturbios graves".

Los agentes rocían pimienta a un manifestante mientras lo empujan hacia atrás

Lo cierto es que incluso la alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, criticó el ataque de la policía a los manifestantes. "Impuse un toque de queda. 25 minutos antes del toque y sin provocación, la policía federal usó municiones contra manifestantes pacíficos frente a la Casa Blanca, un acto que hará que el trabajo de los agentes del Departamento de Policía del Distrito de Columbia sea más complicado. ¡Vergonzoso!", afirmó la alcaldesa en Twitter.

La alcaldesa del Distrito de Columbia tachó de "vergonzosa" la actuación policial con manifestantes pacíficos.

Unas críticas a las que se sumó el virtual candidato demócrata a la Presidencia, el exvicepresidente Joe Biden, que aseguró también en Twitter que Trump "está usando el Ejército estadounidense contra el pueblo estadounidense".

El día de las cargas, antes de acudir a la iglesia, Trump anunció el despliegue de "miles y miles de soldados fuertemente armados" para detener los disturbios en Washington DC.

"Estoy movilizando todos los recursos federales, civiles y militares disponibles para detener los disturbios y los saqueos, para poner fin a la destrucción y los incendios provocados y para proteger los derechos de los estadounidenses que respetan la ley", señaló en rueda de prensa. Además, Trump se declaró dispuesto a desplegar al Ejército en las ciudades y estados que se nieguen a "tomar las medidas necesarias" para defender "la vida y la propiedad de sus residentes".

Sin embargo, y tras estas declaraciones, el jefe del Pentágono desautorizó en público al presidente Trump. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, señaló que no es necesario emplear las tropas en activo para contener la ola de protestas. "No estamos en una de esas situaciones ahora. No soporto invocar la Ley de Insurrección", subrayó Esper, que de momento seguirá en su puesto.

Fotografía del pasado 15 de mayo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto a su secretario de Defensa, Mark T. Esper.