Francia llega al 'Día D' dividida entre la ilusión de la extrema derecha por llegar por primera vez al poder en la quinta República y la preocupación y el miedo de la izquierda y el centro por que esto ocurra. Aunque los sondeos dan una batalla muy igualada, se debe a la alianza entre la izquierda y el cordón sanitario acordado con Emmanuel Macron para combatir a la ultraderecha de Marine Le Pen.

Los sondeos la dan como clara ganadora de las elecciones, pero no con suficiente representación para gobernar. Lo que sí queda claro es que se va a confirmar este domingo el ascenso de la ultraderecha, una llegada a la primera fila política que explica Roger Perrinjaquet, sociólogo. "Hay un factor estructural en el trabajo de fondo del Frente Nacional, y por el otro lado una coyuntura de este año en el que hay un problema de poder adquisitivo que es real y extremadamente difícil", señala.

La situación de escisión entre el campo y la ciudad se ha hecho palpable, pero la fragmentación no solo existe entre el campo y la urbe, sino también entre grandes ciudades como la multicultural Marsella y Lyon. Sin embargo, estas poblaciones están unidas por el cordón sanitario contra la ultraderecha anunciado por sus respectivos alcaldes pese a sus diferencias sociales.

Pero no son los únicos. Hay políticos en toda Francia dispuestos a seguir batallando contra la extrema derecha por encima de todo, como es el caso de Stéphane Mazars, un caso excepcional de supervivencia con grandes resultados dentro de la coalición Ensemble de Macron: "Creo que habrá muchos votantes de Renacimiento que harán el cordón sanitario a Agrupación Nacional porque podemos tener ideas diferentes con otras formaciones políticas, pero esto es verdaderamente una diferencia de valores".

Sea como sea, Francia se la juega este domingo. Una batalla entre la ultraderecha y el resto de formaciones en la que únicamente las urnas podrán arrojar un ganador.