El Gobierno francés extendió este jueves el toque de queda a otros 38 departamentos del país ante la "grave" evolución de la epidemia, con lo que a partir del viernes habrá en total 46 millones de personas afectadas por esa medida.
De los 101 departamentos franceses, los ciudadanos de 54, más los de la Polinesia francesa, deberán estar en casa desde las 21.00 de la noche hasta las 06.00 salvo que tengan motivos imperativos para salir, como laborales o sanitarios.
"Digamos las cosas claras. La situación es grave", dijo en una comparecencia ante la prensa el primer ministro francés, Jean Castex, que subrayó que "la segunda ola" ya ha llegado y se observa un avance rápido en todos los países de Europa.
El jefe de Gobierno indicó que la extensión del toque de queda a nuevas zonas del país es una medida de prevención y señaló que en función de sus resultados se revaluará ese dispositivo para, en caso de que sea necesario, endurecerlo. El titular de Sanidad, Olivier Véran, admitió que aunque el virus circula más lento que en primavera, lo hace pese a todo a una velocidad "alarmante".
Francia registraba en agosto 10 casos confirmados por cada 100.000 habitantes, y ahora esa tasa de incidencia acumulada en los últimos siete días ha subido a los 251. "Sin ninguna medida nueva, en 15 días habrá más de 50.000 casos al día", frente a los cerca de 26.000 actuales, advirtió el ministro.
La decisión llega ocho días después de que Emmanuel Macron anunciara un toque de queda en París y otras ocho áreas metropolitanas en estado de máxima alerta por la pandemia.
Macron aseguró en aquella ocasión que un reconfinamiento general de la población, como el vivido la pasada primavera, "sería desproporcionado", por lo que el toque de queda "es una medida pertinente". "No se podrá ir al restaurante después de las 21.00, no se podrá ir a fiestas a casa de los amigos", explicó.