El primer ministro, Benjamín Netanyahu, que se encuentra en Francia para tomar parte en la Cumbre de la Paz de París, ha anunciado a través de su portavoz que regresa a Israel para hacer frente a la situación.
La violencia comenzó cuando, según fuentes palestinas, una fuerza israelí penetró en la franja para llevar a cabo una operación y se produjo un intercambio de fuego. "Una fuerza especial del enemigo sionista, se infiltró tres kilómetros en la zona del este de Jan Yunis en un coche civil y mató al líder miliciano Nour Baraka", han asegurado en un comunicado las Brigadas Ezedin al Qasam, brazo armado de Hamás, que controla de facto el territorio.
Tras descubrir a los israelíes, los "muyahidines los persiguieron. Entonces la Fuerza Aérea (israelí) intervino y comenzó a bombardear la zona para cubrir la retirada de la fuerza especial", detalla la nota.
El Ejército israelí ha confirmado que un soldado murió y otro resultó herido moderado en una "acción operativa en la Franja de Gaza durante la que se produjo un intercambio de fuego", sin dar detalles sobre qué tipo de operación se trataba.
"En este incidente un oficial del Ejército resultó muerto y otro más fue herido moderado. Sus familias ya han sido notificadas. La actividad ha concluido", señala un comunicado castrense, que no da datos sobre la identidad de los soldados.
Con anterioridad, el Ejército había salido al paso de rumores que se expandían en las redes sociales para desmentir que alguna de sus tropas hubiese sido capturada: "Ningún soldado israelí ha sido secuestrado durante la operación de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en la Franja de Gaza".
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha confirmado la muerte de siete milicianos: Nour al Din Muhamad Salama Baraka, de 37 años, y otros seis varones de entre 19 y 25 años.
Conocido como Nour Baraka, este miliciano era el comandante de las Brigadas al Qasam en la zona este de Jan Yunis, al sur del enclave, considerado un alto mando y responsable de la excavación de túneles, del lanzamiento de proyectiles y de ordenar a francotiradores disparar a soldados israelíes e intentar secuestrar a soldados.
Sanidad también ha confirmado que otros siete milicianos resultaron heridos, sin dar cuenta de la gravedad de su estado. La milicia de Hamás ha acusado al Ejército israelí de entrar en la franja para perpetrar un "asesinato selectivo", si bien analistas de defensa israelíes señalaron que ese tipo de operaciones se suele llevar a cabo con drones y que es probable que las fuerzas entrasen en Gaza para una operación de inteligencia y fuesen atacadas tras ser descubiertas.
Poco después del intercambio de fuego comenzaron a sonar periódicamente las sirenas antiaéreas en el Consejo Regional de Eshkol, adyacente a la franja. Los habitantes israelíes de la zona fronteriza informaron haber oído diversas explosiones y recibieron instrucciones del Ejército para mantenerse cerca de los refugios antiaéreos, han informado medios locales.
Posteriormente, el Ejército ha indicado que se habían identificando diez lanzamientos de proyectiles a territorio israelí, de los que el sistema antimisiles Cúpula de Hierro interceptó dos.
El ministro de Defensa israelí, Avigdor Liebeman, celebró una reunión de urgencia en la sede principal del Ejército en Tel Aviv, la Kiriá, con comandantes militares y con el director del Servicio de Seguridad Interior para analizar la situación.
Smadar Shvilovich residente de la comunidad de Ein Hashloshá, del Consejo Regional de Eshkol, y miembro del consejo de emergencia de su comunidad, ha informado de que los niños de la región no irán a la escuela por orden del Ejército.
"Estamos acostumbrados a vivir en estado de emergencia, pero le pedimos al Gobierno que lleve a cabo una acción puntual para que no vivamos más en estado de emergencia sino en estado de normalidad", ha declarado Shvilovich a la televisión pública Kan.
El nuevo repunte de la violencia se produce cuando aumentaban las esperanzas que se llegase a un acuerdo de alto el fuego de alta duración entre Israel y las milicias palestinas, en el que media El Cairo con apoyo de la ONU desde hace meses.
La semana pasada, Israel permitió la entrada en Gaza de 15 millones de dólares procedentes de una donación de Catar para hacer frente a los salarios de los funcionarios del enclave, y el siguiente viernes bajó el nivel de las protestas que se repiten desde hace siete meses en la frontera, donde han muerto en este periodo más de doscientos palestinos, tanto en las movilizaciones como en incidentes violentos.