El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha decidido no presentarse a la reelección para el liderazgo de su partido el próximo mes, lo que en la práctica significa que abandonará su cargo al frente del Ejecutivo, según informó este miércoles la cadena estatal NHK y confirmó posteriormente el propio Kishida.

"Seguiré haciendo todo lo que pueda como primer ministro hasta el final de mi mandato en septiembre", ha asegurado en una conferencia de prensa televisada en la que ha reconocido que ha "habido una serie de situaciones que han hecho que la población japonesa desconfíe" de la política, expresando su intención de asumir la responsabilidad por la polémica: "No dudo en asumir la responsabilidad por la grave situación causada".

Aunque el mandato de Kishida como primer ministro expira el próximo año, su continuidad en este puesto estaba vinculada a que siguiera ocupando la presidencia del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), un cargo para el que esta formación celebrará unas primarias hacia finales de septiembre. "El paso más obvio para demostrar que el PLD cambiará es que yo renuncie. No me presentaré a las próximas elecciones", ha insistido.

Kishida, quien arrastra bajos índices de popularidad desde hace meses, comunicó su decisión de no presentarse a estas primarias a altos cargos del partido, según avanzaron fuentes del mismo a NHK. Esto significa que el actual mandatario japonés presentará su renuncia como primer ministro una vez sea elegido el nuevo presidente del conservador PLD, que gobierna en amplia mayoría con el partido budista Komeito.

Kishida y su partido se vieron sumidos en una profunda crisis a finales del pasado año, cuando salió a la luz el escándalo de financiación irregular de varias de las facciones o subagrupaciones políticas que componen al partido gobernante.

Este caso llevó al primer ministro a emprender una purga dentro de la formación, profundos cambios estructurales en la misma y una reforma de su Gabinete, y aunque llegó a manos de la justicia nipona, no ha tenido consecuencias legales para ninguno de sus pesos pesados.

Sin embargo, la eliminación de las tradicionales facciones del PLD, entre ellas una liderada por el propio Kishida y otra que encabezó en su día el histórico exmandatario Shinzo Abe -consideradas los bastiones del poder de este partido y controladas por sus barones-, dejaron en una débil posición al actual primer ministro dentro de la formación y no lograron lavar su imagen pública.

Kishida asumió el cargo de primer ministro a comienzos de octubre de 2021, tras imponerse en las primarias de su partido. A finales de ese mismo mes obtuvo también el respaldo de las urnas, cuando el PLD revalidó su amplia mayoría en unas elecciones generales. Por el momento no existen candidatos claros para sucederle al frente del PLD, partido que gobierna Japón de forma casi ininterrumpida desde 1955.