El G-7 cede ante la presión de Giorgia Meloni. La líder italiana ultraderechista habría conseguido que la palabra aborto como tal desaparezca de las conclusiones de la institución que se encuentra reunida en Borgo Egnazia (Italia). Tal y como indica el medio italiano 'Corriere della sera'y posteriormente ha confirmado el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Meloni habría logrado que la cuestión del aborto se retire de la declaración del G-7 y solo se hable de manera implícita, a pesar de la idea inicial de incluirlo en el nuevo escrito. No obstante, no será hasta este viernes cuando conozcamos la declaración final del grupo.
También la agencia Reuters lo apunta: "Todos los demás países los respaldaron, pero era una línea roja para Meloni, por lo que está ausente del texto final", dijo un diplomático a Reuters.
Durante la fase de negociación del Gobierno hubo una propuesta de Francia para reformar el documento y que se realizará una mención explícita a la cuestión del aborto. Ante la petición de Macron, Meloni dio la vuelta a la tortilla y exigió que también se hablara de la prevención del aborto y de las ayudas para no abortar. Una estrategia de la ultraderecha que dejó en jaque a Francia, la cual prefirió limpiarse las manos y cedió ante la presión de la extrema derecha italiana alegando que en ese caso preferían que no se realizase una mención explicita al aborto.
Las fuentes que confirman la noticia a medios italianos aseguran no hay ninguna referencia a la interrupción voluntaria del embarazo en el borrado, que sí está presente en la declaración final del G7 en Hiroshima. Sin embargo, la cuestión aún no está cerrada, informan las mismas fuentes, invitando a esperar las conclusiones definitivas a las que lleguen los líderes presentes en Borgo Egnazia. Por lo tanto, estas mismas fuentes insisten en que en el borrador elaborado por el G-7 se da una formulación que no incluye la palabra "aborto", que sí figuraba en el comunicado final del G-7 en Japón.
Una derrota para Macron y Joe Biden
Macron y Biden habrían cosechado así una dolorosa derrota ante la ultraderecha de Meloni, que se impone en la cumbre del G-7 en un claro blancamiento a su imagen a nivel internacional. El presidente de Francia ha manifestado su malestar por no incluir la palabra aborto en las declaraciones y ha lamentado que no vaya a aparecer con el fin de dar visibilidad a la interrupción voluntaria del embarazo.
"Ustedes conocen la posición de Francia que ha incluido el derecho al aborto en la Constitución. No es la misma sensibilidad que existe en su país. Francia comparte una visión de igualdad entre hombres y mujeres, pero no es una visión compartida en todo el espectro político. Lo siento, pero lo respeto porque fue la elección soberana de su pueblo", ha expresado Macron.
Por otro lado, el presidente Joe Biden también se ha sumado a las palabras de Macron y se ha mostrado disconforme con la posición de Meloni. Y es que el mandatario estadunidense quería vender la referencia al aborto a nivel nacional tras darse a conocer la sentencia del Supremo de EEUU que rechaza un recurso para limitar el acceso a la píldora abortiva mifepristona, la más común del país norteamericano.
Blanqueamiento mundial a Meloni
Giorgia Meloni es la protagonista internacional de la jornada y la que ha acaparado todas las cámaras durante la cumbre del G-7. Una fecha que queda marcada en el calendario como el día de su blanqueamiento mundial definitivo. El cordón sanitario que giraba en torno a la ultraderecha en Europa se ha quebrantado tras años en los que la italiana no era del agrado de sus homólogos europeos, llegando incluso a desconfiar seriamente de sus políticas basadas en la polarización y en la expulsión como máxima de los inmigrantes en Italia.
Sin embargo, todo indica a que las diferencias se han quedado atrás dejando latente durante la jornada de este jueves la buena relación de Meloni con los mandatarios del G-7. Risas con el británico Rishi Sunak, abrazos con Joe Biden, confidencias con el alemán Olaf Sholz y el canadiense Justin Trudeau... Toda una serie de buenos gestos hacia Giorgia Meloni, esa misma a la que habían hecho la cruz. El menos entusiasta, Emmanuel Macron, quizá por lo que está pasando en Francia con la ultraderecha.