Doble censura en Francia

La izquierda y Le Pen amenazan el mandato de Barnier y dejan en el aire un Gobierno que nació señalado

Al borde del abismo La suma de la izquierda y la ultraderecha está a punto de hacer caer al Ejecutivo galo. Conservadores y macronistas advierten de que, de prosperar la censura al Gobierno, Francia se sumirá en el caos.

El primer ministro francés, Michel Barnier

El Gobierno de Michel Barnier está a punto de caer en Francia. Allí, la izquierda y la ultraderecha han presentado sendas mociones de censura que pueden tumbar de forma inminente el Ejecutivo del primer ministro conservador, después de que este optara por saltarse el voto del Parlamento para aprobar sus presupuestos de la Seguridad Social ante la falta de apoyos parlamentarios. El país se sume así en la incertidumbre, mientras el Gobierno, que nació ya envuelto en polémica, se asoma al abismo.

La moción del Nuevo Frente Popular -la alianza de izquierdas que integra a socialistas, insumisos, comunistas y ecologistas y que ganó las últimas elecciones- es la que más posibilidades tiene de prosperar, pues la extrema derecha de Marine Le Pen ya ha anunciado que se sumará para derrocar al Gobierno, además de interponer también su propia moción.

La de su partido, Agrupación Nacional, tiene menos visos de triunfar porque la izquierda evita sistemáticamente unir sus votos a las iniciativas de la ultraderechista Le Pen. En cualquier caso, sería la suma de la izquierda, primera fuerza en número de diputados, y de la ultraderecha, tercer grupo en la Asamblea Nacional, la que permitiría alcanzar la mayoría absoluta necesaria para tumbar el Ejecutivo.

Desde el flanco conservador y el centro macronista, que sostenían hasta ahora al Gobierno en minoría, se advirtió de que la caída de Barnier, que llegó al poder en septiembre tras un verano de bloqueo, sumiría a Francia en el caos y dejaría al país en territorio "desconocido". El presidente Emmanuel Macron está en Arabia Saudí y por ahora no se ha pronunciado, pero fuentes del Elíseo han trasladado al canal 'BFM' que desea la "estabilidad", aunque admite que el futuro de Barnier está en manos de la Asamblea.

Una caída inminente

Las mociones de censura que previsiblemente derribarán el Gobierno francés serán este miércoles a partir de las 16:00 horas. La de la izquierda, al haberse presentada antes, se debatirá primero. La correlación de fuerzas parlamentarias hace que la caída del Ejecutivo de Barnier sea casi segura, menos de tres meses después de que su nombramiento como primer ministro.

Barnier cuenta con el respaldo de unos 211 diputados -entre macronistas, centristas y conservadores- en una cámara de 577 escaños, frente a los 193 de la izquierda y los 140 de la extrema derecha, con lo que aritmética parlamentaria juega en su contra. De momento, está previsto que Barnier se pronuncie este martes por la noche en televisión por primera vez desde que empleó el mecanismo constitucional para saltarse el voto del Parlamento y sacar adelante las cuentas.

Los ministros cierran filas y llaman a dialogar

Los ministros franceses, entretanto, cierran filas en torno al primer ministro y aseguran que aún hay margen para dialogar. "Hasta el momento en el que se anuncie la votación hay posibilidad de conversar. Está la señora Le Pen, pero también otros 576 diputados", ha manifestado este martes Catherine Vautrin, ministra de Cohesión de territorios de Francia, en la radio 'RMC'.

Vautrin ha insistido en "el riesgo" al que se va a someter al país, argumento que también ha esgrimido el titular de Economía, Antoine Armand, al asegurar que una moción de censura exitosa supondría "la inestabilidad económica y financiera". "No es al Gobierno y al presupuesto lo que sometemos a moción de censura, sino al país al que ponemos en peligro. Si mañana suben los tipos de interés, si suben los impuestos, los franceses pagarán las consecuencias", ha advertido desde la cadena pública France 2.

El titular de Interior, Bruno Retailleau, ha cargado en especial contra Le Pen, que tenía la llave de la continuidad del Gobierno. Barnier intentó negociar con ella hasta el último momento el lunes, pero no logró un acuerdo para evitar recurrir al mecanismo que le permite aprobar reformas saltándose el voto parlamentario. Precisamente ese artículo, el 49.3, es el que abre la puerta a interponer mociones de censura inmediatamente cuando el Gobierno recurre a esa herramienta.

"No hay elementos racionales, porque el primer ministro había hecho una serie de concesiones. Sobre la electricidad, la ayuda médica estatal...", ha reivindicado Retailleau sobre las conversaciones mantenidas con la extrema derecha, en una entrevista con el canal 'TF1'. "Mi sensación es que puedes colmar a la señora Le Pen de regalos como el árbol de Navidad y ella dirá que no. Porque tiene una agenda", ha incidido.

Un Gobierno que nació envuelto en polémica

Para comprender mejor la incierta situación política que atraviesa Francia debemos retrotraernos al pasado verano, cuando el Nuevo Frente Popular dio un vuelco a los sondeos y ganó sorpresivamente las elecciones legislativas en segunda vuelta, frustrando las aspiraciones de la ultraderecha de Le Pen, que ya acariciaba la victoria electoral. El resultado, sin embargo, dejaba un panorama muy complejo para la gobernabilidad, con una Asamblea Nacional dividida en tres bloques muy alejados entre sí.

El presidente Macron enfadó mucho a la izquierda cuando decidió encargar la formación de gobierno a Michel Barnier, exministro y excomisario europeo conservador, al punto de que el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon le acusó de "robar" unas elecciones que había ganado la coalición de izquierdas.

Ya en octubre, Barnier se enfrentó a una primera moción de censura promovida por la izquierda. La superó, pero evidenció que su Gobierno estaba en manos de Le Pen, que ahora ha decidido tumbar su Ejecutivo.