Satisfacción con cautela en el Ministerio de Asuntos Exteriores tras su última gran crisis. La marcha atrás de Argelia en el suministro de gas y en las relaciones comerciales con nuestro país es un logro importante logro del titular de la cartera, José Manuel Albares, según han resaltado fuentes gubernamentales, que creen que se ha logrado relajar la situación gracias a una posición conciliadora, de buena voluntad y de respeto mutuo por las que siguen apostando hoy para reconducir las relaciones con un socio clave.
"Lo que quiere España es que lo antes posible se vuelva al diálogo, a la amistad que tiene España con el pueblo argelino", afirmó este mismo viernes Albares. Y de igual forma lo ha hecho este sábado la ministra de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España, Reyes Maroto, quien ha mostrado su confianza en que las relaciones diplomáticas y comerciales con Argelia "recuperen pronto la normalidad" existente antes de la crisis provocada por la nueva postura del Ejecutivo sobre el Sáhara.
A preguntas de los periodistas, la ministra ha valorado el giro producido por el país del Magreb como "muy positivo", y ha señalado que Argelia es "un país estratégico" para la diplomacia española y por eso ha catalogado de "muy buena noticia" que se hayan suavizado posturas en las últimas horas. "Desde el apartado comercial, como ministra, lo valoro positivamente, pero también en el ámbito de la vecindad y la cercanía", ha asegurado.
Por su parte, las fuentes gubernamentales mencionadas anteriormente consideran, además, que este es un claro ejemplo de la fuerza de España en la Unión Europea, que ha respaldado a nuestro país en esta cuestión. De hecho, fue el apoyo a España de la Comisión Europea lo que provocó la rectificación de Argelia, que dejó clara su nueva posición con un comunicado.
"Con respecto a la supuesta medida de detención de las transacciones actuales con un socio europeo, solo existe en la mente de quienes la reclaman", argumentó el Gobierno argelino. Pero lo cierto es que, tan solo dos días antes, la Asociación Profesional de Bancos, órgano que comunica las notificaciones del Ministerio de Finanzas argelino, daba la orden de congelar las operaciones bancarias de comercio exterior. Las empresas españolas comenzaban a recibir cancelaciones de pedidos.
Este país no tiene la política exterior que merece y que necesita para mantener las buenas relaciones con todos los países vecinos"
Una acción que no tardó en expandir la preocupación sobre sus consecuencias en todo el territorio nacional. Precisamente, este sábado la Generalitat Valenciana ha mostrado su malestar por las repercusiones que esta crisis podría tener sobre miles de negocios. De hecho, han calculado que un movimiento así afectaría a casi 1.400 empresas y han asegurado que esta crisis diplomática las sitúa en inferioridad con respecto a otros competidores internacionales.
Desde la opocisión, no obstante, hablan de mala política exterior. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ha denunciado que "este país no tiene la política exterior que merece y que necesita para mantener las buenas relaciones con todos los países vecinos". Asimismo, ha reclamado a Argelina que "no confunda a España y a los españoles con el Gobierno de España". A su juicio, esta "mala política exterior" se justifica en que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "haya decidido romper los consensos y tomar decisiones unilaterales".