Al menos 30 personas han muerto en el incendio desatado en una torre residencial de Londres, si bien se prevé que esa cifra aumente, confirmó Scotland Yard.
En declaraciones a los medios, la Policía Metropolitana de Londres (Met) indicó que se encuentran "en una fase muy inicial" y esperan que se eleve el número de víctimas mortales por el fuego, iniciado a las 00.15 GMT en un bloque de 24 plantas, situado en el barrio de North Kensinghon.
"Podemos confirmar seis muertes en estos momentos, pero es probable que esta cifra vaya a elevarse durante lo que será una compleja operación de recuperación, que durará varios días", reveló el comandante Stuart Cundy, de la Met.
Cundy agregó que al margen de los fallecidos, otras muchas víctimas reciben atención médica, después de que las llamas arrasaran esta madrugada la Grenfell Tower, un bloque de 120 viviendas, muchas de ellas de protección social, en el que habitan unas 500 personas, entre ellas muchos niños.
El Servicio de ambulancias de Londres indicó que al menos 50 personas tuvieron que ser hospitalizadas en varios centros médicos de la capital por heridas de diversas gravedad. El policía alertó de que es probable que vaya a pasar tiempo antes de que los agentes puedan identificar a las víctimas y consideró que es "demasiado prematuro" para especular sobre la posible causa del incendio.
En el inmueble siniestrado, en el que presumiblemente había centenares de personas en el momento en el que se desataron las llamas, trabajan además 45 camiones autobombas. Tras producirse el fuego, al menos 20 ambulancias fueron enviadas a las inmediaciones del bloque, que ha sido acordonado por los agentes ante los temores iniciales de que el edificio se desplomara.
Algunos residentes que han escapado con vida han denunciado que en ningún momento saltaron las alarmas de incendio obligatorias, mientras que una asociación de vecinos afirma que ya había avisado infructuosamente al Ayuntamiento de que el bloque no era seguro.