Las guerras ya no solo se libran en el campo de batalla. Se libran en el espacio, más arriba del cielo. Porque los satélites, porque el terreno de juego en el que bien se mueve Elon Musk, es ahora una pieza clave a la hora de ganar o de perder la lucha.

Y es que Rusia bien sabía dónde atacar a Ucrania. Bien sabía dónde iba a poder hacer daño a un país que vio cómo su sistema VIASAT y 45.000 módems quedaban completamente destruidos ante la ofensiva rusa.

"Fue una operación cibernética rusa para destruir el sistema de telecomunicaciones. Si no pueden avisar por dónde atacan o por dónde contraatacar, si no se pueden comunicar entre ellos, cada uno hace la guerra de manera aislada", cuenta Guillermo Pulido, politólogo y analista de defensa.

Musk, a lomos del Starlkink

Ahí es donde aparece él. Donde aparece la figura de Elon Musk. Porque el magnate ofreció en su día a Zelenski su Starlink, algo que hizo que el ucraniano viera de nuevo la luz. Porque ahora él, porque ahora Musk, es quien tiene el poder.

"Tan solo tiene que desactivar los servicios en un área geográfica, y lo puede hacer. Puede hacer que en esa área geográfica no haya Internet", explica Yago Rodríguez, de 'Political Room'.

Ya ofreció sus servicios en Gaza a las ONG

En Gaza, eso sí, la fuerza de los satélites es diferente, como bien cuenta Pulido: "Es un espacio pequeño en el que se pueden comunicar por radio o por vía terrestre".

Quienes los necesitan son los gazatíes que siguen con vida y las ONG... y Musk ya tuvo su momento de gloria en este sentido cuando ofreció sus servicios a estas agencias humanitarias.