El caos y la devastación inundan Kahramanmaras. Esta región, situada a unos 600 kilómetros al sureste de Ankara, ha sido el epicentro de los terremotos de Turquía y Siria, una zona que ha quedado completamente destruida.
Los equipos de búsqueda y rescate continúantrabajando a contra reloj para encontrar a todos los supervivientes que haya bajo los escombros. "Actualmente, hay más de 2.000 equipos de rescate profesionales y más de 13.000 personal en el campo", ha explicado el alcalde de la ciudad, Hayrettin Güngör.
Unas tareas de búsqueda que no están siendo nada sencillas. La zona está repleta de escombros debido a la gran cantidad de edificios que han quedado completamente destruidos. Una situación que empeora por las bajas temperaturas que están experimentando en la región.
Las imágenes compartidas en redes sociales del antes y después de esta zona dejan constancia de las devastadoras consecuencias que ha tenido este terremoto, que ha contado con numerosas réplicas.
La desesperación crece porque en algunos edificios derruidos se pueden escuchar las voces de supervivientes, pero no se les puede ayudar por la falta de equipos especializados. "Nadie en la ciudad puede entrar en ningún edificio por el peligro de derrumbe. Ir al aseo, algo hasta ahora sencillo, es un problema muy grande. No hay agua en casa ni en las gasolineras", explica HalkTV sobre la situación.
"La gente intenta calentarse en sus coches, pero no pueden rellenar el depósito porque no hay combustible en las estaciones de servicio", agrega. Yildirim Kurt, un agricultor del distrito de Nurhak, en Kahramanmaras, dijo a EFE por teléfono que hasta ahora no había llegado ninguna ayuda a su pequeño pueblo.
Pequeños relatos que dejan constancia la desesperación que están viviendo en esta región donde las voces de algunos supervivientes sigue escuchándose mientras que el tiempo de rescate se agota. Una tragedia que está dejando imágenes desoladoras de personas fallecidas que no están pudiendo ser enterradas. De hecho, muchos de ellos se encuentran apilados en hospitales estatales como el del distrito de Elbistan.
Mustafa Kara, que perdió a su mujer en Kahramanmaras en el derrumbe de un edificio de nueve plantas, muestra su indignación en Halk TV: "¿Tan poca cosa es este Estado? No hay nada. No podemos enterrar a nuestros muertos. Hay cadáveres por todas partes".
"Se han derrumbado más de 900 edificios. Si cada uno tiene entre ocho y diez apartamentos, ¿Cuántas personas hay bajo los escombros? No hay electricidad, ni gasolina, la gente saquea los supermercados. No hay comida, ni leche para los niños", se queja Mustafa Kara.
Las temperaturas extremas yun paisaje protagonizado por la nieve hace que las personas que sí han conseguido sobrevivir al terremoto busquen un refugio seguro en el que poder instalarse para aislarse del frío. De hecho, muchos han optado por hacer pequeñas fogatas para poder calentarse al no poder entrar en los edificios que han quedado en pie por peligro de derrumbe.