La mano dura contra el chavismo, de momento, no está dando resultados. Tampoco la presión de Juan Guaidó que ha tenido que reconocer errores en el levantamiento militar. Pinchazo de su última protesta en los cuarteles.
Guaidó reconoce que el plan para derrocar al Gobierno de Maduro no ha funcionado. En una entrevista al diario 'The Whasingon Post', el Presidente encargado admite que esperaba más deserciones dentro del Ejército. "Tal vez necesitamos más soldados o, tal vez, necesitamos que más altos cargos del régimen estén dispuestos a respaldar la Constitución", lamenta.
El escaso apoyo militar quedaba reflejado en la calle. Partidarios de Guaidó ofrecían a los militares un manifiesto de apoyo al líder opositor que acababa en llamas.
Preguntado por una posible intervención militar de Estados Unidos, el presidente de la Asamblea Nacional no lo descarta e incluso agradece el apoyo a la Administración Donald Trump.
Por su parte, Nicolás Maduro ha pedido a sus tropas que estén listas para defender la patria "con las armas en la mano si algún día el imperio norteamericano osara tocar esta tierra".
Y en plena escalada de tensión, Guaidó asegura que sentarse con Maduro no es una opción. "El fin de la usurpación es una condición previa para cualquier dialogo posible", declara el político.
Desde el Grupo de Lima, que intenta mediar a favor del diálogo, piden también a Cuba y Rusia que ayuden para favorecer una transición democrática en Venezuela.
El ministro de Exteriores venezolano se reúne en Moscú con su homólogo ruso, principal aliado, para estudiar la situación del país tras el fracasado alzamiento.
Hace solo unos días, Trump, tras una conversación telefónica con Putin, y en un intento de aumentar la prisión sobre Maduro, aseguraba que Rusia solo quiere una solución positiva para el conflicto.
Declaraciones que contradicen a las del Grupo de Lima, que ha pedido diálogo y consenso para salir de la crisis.