Choque interno en la Casa Blanca
Guerra sin cuartel entre Musk y el asesor comercial de Trump: "Es más tonto que un saco de ladrillos"
Los detalles Elon Musk ya no se corta un pelo a la hora de arremeter contra Peter Navarro, arquitecto de la política arancelaria de Trump. El dueño de Tesla incluso le ha rebautizado: le llama "Peter Retarrdo".

Resumen IA supervisado
En la Casa Blanca se ha desatado un conflicto muy público entre Elon Musk, dueño de Tesla, y Peter Navarro, asesor comercial de Donald Trump, debido a sus posturas sobre los aranceles. Musk critica abiertamente la política arancelaria, mientras Navarro sugiere que Musk solo busca proteger sus intereses. La disputa ha escalado a insultos públicos, al punto de que Musk ha dicho que Navarro es "más tonto que un saco de ladrillos". La Casa Blanca resta importancia al enfrentamiento: "Los chicos seguirán siendo chicos", ha dicho su portavoz.
* Resumen supervisado por periodistas.
Guerra abierta en la Casa Blanca. Dos de los más cercanos colaboradores de Donald Trump tienen fuertes opiniones sobre sus aranceles... y no se soportan. Uno de ellos es Elon Musk, el multimillonario dueño de Tesla al frente de los recortes en su Administración. El otro es Peter Navarro, el principal asesor comercial del presidente y uno de los arquitectos de su política arancelaria. El primero ya ha 'rebautizado' al segundo, a quien llama "Peter Retarrdo". Y lo hace en público.
Y es que la disputa entre ambos ha ido subiendo decibelios, al punto de que las insinuaciones en redes sociales y las críticas veladas han dado paso al ataque directo, el insulto y, en definitiva, un cruce de dardos ante los ojos de todo el mundo. En las últimas horas, Musk ha llegado a decir que Navarro es "más tonto que un saco de ladrillos". Luego ha recapitulado: esa afirmación, dice, es injusta para los ladrillos.
La escalada
Detrás de todo este enfrentamiento hay una guerra comercial de la que Navarro es un férreo defensor, pero que no viene nada bien a los mercados... ni a poderosos empresarios como Musk. Ya el fin de semana, el también propietario de SpaceX se desmarcó abiertamente de esta política al abogar por "una situación de cero aranceles" y "una zona de libre comercio" entre Europa y Estados Unidos.
El sábado, Musk lanzaba el primer dardo respondiendo a un vídeo, compartido por otro usuario en 'X', en el que Navarro defendía los aranceles. "Un doctorado en Economía de Harvard es algo malo, no algo bueno", aseveraba el magnate sudafricano. Navarro, por su parte, restaba importancia a sus declaraciones, dejando caer que, al fin y al cabo, Musk se dedica a vender coches y busca proteger sus intereses. "Es importante tener en cuenta de Elon que vende coches, es lo que hace", aseveraba en una entrevista en 'Fox'.
El lunes, el multimillonario dejaba caer otra no tan sutil indirecta al compartir en su red social un vídeo del economista Milton Friedmandefendiendo el libre comercio. Según avanzaba 'The Washington Post', Musk incluso habría pedido directamente a Trump que diera marcha atrás en su estrategia.
Pero la disputa estallaba después de que Navarro señalara el martes en 'NBC News' que Musk "no es un fabricante de automóviles" sino "un ensamblador" de coches con componentes que provienen del extranjero. Y Musk estallaba: "Navarro es un auténtico imbécil. Lo que dice aquí es manifiestamente falso", aseveraba en 'X', defendiendo que "Tesla tiene la mayor cantidad de coches fabricados en Estados Unidos" y que "Navarro es más tonto que un saco de ladrillos".
Cosas de "chicos"
La Casa Blanca, sin embargo, resta importancia a este espectáculo. A preguntas de la prensa, la portavoz Karoline Leavitt se limitaba a señalar este martes que "obviamente" tienen "opiniones muy distintas sobre el comercio y los aranceles". "Boys will be boys" ("los chicos seguirán siendo chicos"), señalaba. "Dejaremos que su combate público continúe", bromeaba, sonriente.
Leavitt incluso trató de dar la vuelta a la trifulca: "Deberíais estar muy agradecidos de tener la Administración más transparente de la historia", afirmó la portavoz, que defendió que esto también demuestra que Trump está dispuesto a escuchar opiniones diversas. Opiniones muy diversas de aliados que no dudan en insultarse en público.