No da su nombre, no enseña su cara, ni siquiera sus manos, pero no se avergüenza de lo que ha hecho. Es más, incluso lo niega: "No, no me considero un violador, en absoluto". Son las palabras de uno de los 51 hombres acusados de violar a Gisèle Pelicot, que no reconoce ni siquiera que ella estaba inconsciente.
"Si Dominique me hubiera dicho 'yo drogué a mi mujer o que le di pastillas para dormir', yo no hubiera venido, no estoy loco", asegura en una entrevista televisada. No obstante, en su propia narración de los hechos, no hay rastro de una palabra pronunciada por Gisèle y mucho menos de su consentimiento.
"Veo a una mujer tumbada sobre su costado. Él me dice 'venga, venga, es lo que está esperando esa zorra'", asegura. El hombre insiste y defiende en que siempre ha "respetado a las mujeres": "Nunca he pegado a una mujer ni he faltado el respeto a una mujer".
Es el mismo patrón que el de otros 30 acusados: negar las violaciones. Sin embargo, Dominique era directo en el anuncio: buscaba un cómplice para abusar de su mujer dormida.