Recuerdan la imagen que se encontraron cuando miraron por la ventana de su oficina, en pleno centro de Sídney. "Mi hermano le vio desde la ventana. Escuchó los gritos. Dijo: 'Hay un hombre con un cuchillo subido en el capó de un coche, ¡Vamos abajo!' Y entonces cogimos el ascensor", explica Paul O'Shaughnessy.
Paul y Luke son hermanos, y ahora héroes por haberse lanzado a la calle para parar al agresor. Les siguieron sus compañeros de trabajo. Instintivamente formaron equipo.
Se jugaron la vida junto al resto del escuadrón improvisado que redujo al agresor después de que acabara con la vida de una joven de 24 años y apuñalara a otra mujer en plena calle.
Otro héroe sin capa. Con traje y corbata. Jamie salía de la sucursal donde trabaja. Derribó al atacante con la silla de una cafetería. "Pensé: 'Si voy a hacer algo, es el momento'. Porque consigue alcanzar a alguien puede ocurrir cualquier cosa", relata ante las cámaras.
Trevor tampoco lo dudó y cogió la palanca que vio en un camión. "Quería matarle. Si soy sincero, quería matarle. Pero sabía que no era lo correcto", añade.
A ellos se unieron cuatro bomberos que saltaron de sus camiones, hacha en mano. Fueron contra la masa que huía, armados con lo que tenían a mano, para evitar una tragedia aún mayor.