Marlene Naromie Joseph, enfermera de Médicos Sin Fronteras (MSF) y una de las supervivientes del terremoto de Haití, recuerda que escuchó "un ruido que parecía el de una explosión, de una bomba atómica".
Bastaron solo dos minutos para hacer desaparecer a más de 250.000 almas. "En ese momento me dije solo una cosa: si supero este minuto, sobrevivo", cuenta la enfermera de Médicos Sin Fronteras que consiguió sobrevivir
Los cimientos cedieron y, con el silencio, aparecieron los cadáveres y una imagen para las retinas de los que estuvieron allí: muertos vivientes deambulando por las calles y rostros sin nada que decir, donde solo cabía un intenso vacío.
Haití está todavía muy lejos si quiera de acariciar el control. En los últimos meses la violencia se ha disparado. "Hay desde heridas de bala a heridas de arma blanca. La media que sacamos es de dos heridos por bala diarios", afirma Javier Fernández.