Las autoridades colombianas investigan el hallazgo de una fosa común en la localidad de Dabeiba, en el departamento de Antioquia (noroeste), en la que hay más de 50 civiles víctimas de ejecuciones extrajudiciales, conocidas en el país como 'falsos positivos'.
"Se cree que en el cementerio de Dabeiba se encontrarían los restos de más de 50 personas presentadas ilegítimamente como bajas en combate ('falsos positivos')", afirmó la Justicia Especial para la Paz (JEP) en un comunicado.
Ese tribunal, que nació del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC, detalló que las víctimas al parecer vivían en Medellín, capital de Antioquia, tenían edades comprendidas entre los 15 y los 56 años, y algunos de ellos al parecer estaban "en condición de discapacidad".
Con el eufemismo de 'falsos positivos' se conoce en Colombia la práctica extendida en el Ejército de asesinar civiles que eran presentados luego como guerrilleros muertos en combate con el objetivo de obtener de sus superiores beneficios como ascensos, condecoraciones o permisos.
El tribunal señaló que estos hechos nunca habían sido investigados por la justicia ordinaria y que las pesquisas se iniciaron después de que un exintegrante del Ejército "indicó tener conocimiento de muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por parte de agentes del Estado". "Dicha información fue contrastada con un conjunto de pruebas", agregó la JEP en el comunicado.
Hasta el momento, la Fiscalía colombiana ha investigado cerca de 5.000 casos de 'falsos positivos' que implican a unos 1.500 militares y que fueron cometidos entre 1988 y 2014. Los pocos condenados por estos hechos son en su mayoría soldados o suboficiales, pero no oficiales de alto rango.
Para esclarecer estos crímenes cometidos durante el conflicto armado del país, la JEP abrió una investigación en la que ha acreditado a cerca de 400 víctimas, recibido 17 informes de diferentes organizaciones y 160 exmiembros de la fuerza pública han dado su versión de los hechos. En la zona de Dabeiba, situada en los límites de la estratégica región agroindustrial de Urabá, fueron muy activos en las décadas pasadas varios frentes del Bloque José María Córdova de las FARC que buscaban tener el control de ese territorio.