25 horas. Es el tiempo que el príncipe Harry, hijo menor del rey Carlos III y distanciado de la familia real, ha estado en Londres tras conocer que su padre padece cáncer. Lo que sabemos que ha hecho en este viaje exprés pasó algo más de 30 minutos con su progenitor pero ni uno con su hermano Guillermo. La relación entre ellos está rota: el propio Harry ha reconocido que han llegado a las manos ya de adultos.
La Casa Real británica interpreta "muy positivamente" el gesto de cercanía de Harry hacia su padre. Sin embargo, parece más difícil que vuelva a acercarse a su hermano. El último capítulo del novelón que es la relación entre estos hermanos, incluso en los buenos tiempos. "Siempre ha habido esta especie de competición entre nosotros", reconoció Harry en una entrevista. Eso dicho así, diplomáticamente.
Pero ha hecho declaraciones aún más graves. "La familia está feliz de mentir con tal de proteger a mi hermano", aseguró Harry en su serie de Netflix donde, supuestamente, destapa todo lo que ocurre en la Familia Real británica. Según Harry han llegado incluso a las manos y que la última vez (que se sepa), hace no tanto. "Me agarró por el cuello, me tiró al suelo... Aterricé en el plato del perro, que se partió; los trozos me cortaron", añadía.
El detonante es la mala relación entre sus respectivas esposas, Meghan Markle y Kate Middleton, pero aun así Harry está dispuesto a reconciliarse: "Quiero reconciliarme, pero primero tiene que asumir algo de responsabilidad". Parece que hará falta que los Windsor tiendan puentes transatlánticos. La reunión, de momento, tendrá que esperar.