Tras varios días de maratoniana negociación, finalmente hay acuerdo en la Unión Europea sobre el fondo de recuperación para relanzar las economías comunitarias tras la pandemia de coronavirus.
Los Veintisiete han acordado dotarlo con 750.000 millones de euros, de los cuales 390.000 millones serán en transferencias directas y 360.000 en créditos a los Estados miembros. España, por su parte, obtendrá 140.000 millones, 72.700 de ellos en transferencias.
Un pacto alcanzado en la madrugada de este martes. "Una maratón", con un tramo final "extenuante", en palabras de Pedro Sánchez, que ha supuesto casi cinco días de encierro de los líderes europeos, incontables encuentros bilaterales y tensión entre dos bloques: el de los países conocidos como 'frugales' y los países del sur.
Los países 'frugales' han conseguido recortar las subvenciones directas a los 390.000 millones de euros
Los primeros, Holanda, Dinamarca, Suecia, Austria y Finlandia, abogaban por un plan menos ambicioso, mientras que el grupo de países en el que se enmarcaba España reclamaba más ayudas para sobrellevar la crisis económica originada por la pandemia.
Durante esas cinco jornadas de intenso 'tira y afloja' las conversaciones incluso estuvieron al borde de romperse el pasado domingo, cuando Angela Merkel y Emmanuel Macron amenazaron con abandonar la mesa de negociación si se bajaba de los 400.000 millones en ayudas directas.
Finalmente, los 'frugales' han conseguido que estas se rebajasen a 390.000 millones de euros, frente a los 500.000 que recogía la propuesta inicial del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y que defendían los países del sur. No obstante, se ha mantenido la cuantía total de fondos que defendía este último grupo, 750.000 millones de euros para los próximos seis años. "Este es un acuerdo fuerte, y lo que es más importante, el acuerdo adecuado para Europa ahora", ha valorado Michel.
La UE se endeuda por primera vez
Para movilizar estos recursos, equivalentes al 4,6% del PIB europeo y al 60% del español, según ha apuntado Sánchez este martes, la Comisión Europea se endeudará por primera vez en su historia. Una decisión inédita que servirá para financiar los programas de ayuda del fondo de recuperación, bautizado como "Next Generation EU" ("Próxima Generación UE") y que el presidente ha definido como "un auténtico Plan Marshall".
También el primer ministro de Italia -otro de los países más golpeados por la Covid-, Giuseppe Conte, ha celebrado la de hoy como "una jornada histórica para Europa y para Italia" y en idéntico sentido se ha pronunciado Macron en Twitter, donde también ha hablado de "día histórico" para el bloque comunitario.
"Se adopta un plan de recuperación masiva: un préstamo común para responder a la crisis de manera unida e invertir en nuestro futuro. ¡Nunca lo habíamos hecho!", ha escrito el presidente francés, que ha tenido también palabras de agradecimiento para Merkel, que se ha posicionado junto a los países del sur en esta negociación.
No fue fácil, pero al final nos encontramos"
La canciller alemana, por su parte, ha admitido las dificultades para lograr un acuerdo sobre el fondo de recuperación, que ha calificado como la respuesta "de la Europa unida" ante una situación que requería "respuestas extraordinarias". "No fue fácil, pero al final nos encontramos", ha afirmado la mandataria, que ha destacado que "el multilateralismo está en estos momentos muy presionado", pero "Europa ha demostrado en esta situación ser capaz de actuar".
Los 'frugales', satisfechos con la condicionalidad del fondo
Por su parte, el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha afirmado que el plan de reconstrucción aprobado este martes "hará más fuertes las relaciones" en la UE. Países Bajos pretendía que el fondo total se limitase a 700.000 millones de euros, de los cuales la mitad se entregaría como préstamos a devolver y la otra mitad en transferencias directas.
Pese a ello, Rutte ha afirmado estar "satisfecho" y que los "intereses holandeses están bien protegidos" con las condiciones aplicadas a este paquete. En este sentido, ha celebrado que, al final, "en los casos más extremos, se podría apretar el freno de emergencia si esos países no han hecho lo suficiente".
También el canciller austriaco, el conservador Sebastian Kurz, ha expresado su satisfacción por el acuerdo y se ha congratulado de que se haya establecido lo que, a su juicio, es un "control muy estricto" del uso de las ayudas financieras.
En este sentido, el fondo, aunque estará sujeto a una condicionalidad menos intensa que la aplicada en la anterior crisis financiera, sí estará sujeto a cierta supervisión técnica y política.
Así, los países tendrán que enviar su agenda de reformas a Bruselas, que deberán seguir las indicaciones macroeconómicas de la Comisión Europea. Además, a la hora de entregar cada tramo de ayudas, si otro socio comunitario tiene dudas sobre las reformas del país en cuestión, aunque no tendrá capacidad de veto, podrá pedir que se estudien el Consejo Europeo, que decidirá al respecto por mayoría cualificada.