Desde Cabo Cañaveral, en Florida, el cohete Terran 1, de lastartup Relativity Space, ha conseguido despegar con éxito. Es un auténtico hito por ser el primer cohete impreso en 3D que consigue volar. Lo ha hecho durante tres minutos, tiempo tras el cual el motor ha presentado una anomalía y le ha hecho caer en el océano Atlántico. El objetivo de entrar en órbita no se ha logrado, pero "conseguir un hito como este es un hecho absoluto", afirma Santiago Martín Iglesias, responsable del laboratorio de prototipos del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y profesor en el Máster en Impresión 3D y Fábrica Avanzada del EDDM Engineering Education.

Lo logrado en la noche de este martes sucede tras dos intentos fallidos de hacer despegar el cohete, uno el 8 y otro el 11 de marzo. El primero, por problemas en la temperatura del propulsor del cohete; el segundo, porque los motores se apagaron justo antes del despegue. El director de EDDM Engineering Education, Alfonso Denia, añade: "Es un hito fundamental en el uso de la impresión 3D en el sector de espacio".

Relativity Space ha hecho despegar al objeto de metal impreso en 3D más grande del mundo. El Terran 1 mide 35 metros de altura y es capaz de cargar hasta dos toneladas de peso. El 85% de su estructura está impresa en 3D, pero la empresa quiere elevar ese porcentaje al 95%. Su éxito confirma que la impresión en tres dimensiones ha venido para quedarse en la industria espacial.

"Aparte de conseguir hacer viables piezas que son casi imposibles", explica Martín Iglesias, que precisa: "Con la impresión 3D conseguimos también, al mismo tiempo, que los tiempos de desarrollo sean más rápidos, muchos más ágiles y, en muchos casos, incluso más baratos". Esta tecnología permite, además, construir utilizando hasta 100 piezas menos que con otros métodos.

"Y lo que es muy importante, con una independencia de la supply chain, la materia prima, que a nivel global está siendo un problema importante", indica Alfonso Denia. Por tanto, no se trata de una cosa del futuro, ni tampoco hace falta irse muy lejos para ver poner en funcionamiento esta tecnología. En España, la empresaPLD Spaceya la está utilizando en el desarrollo de su próximo e innovador Miura 5.