Kevin Strickland lleva 43 años entre rejas, en una prisión de Estados Unidos, por un asesinato que, asegura, nunca cometió. Ahora, un cambio de legislación ha permitido que la Fiscalía, convencida de su inocencia, logre reabrir el caso.
Los hechos por los que fue detenido ocurrieron en 1979 en Missouri. Fue arrestado como sospechoso de un triple homicidio en una vivienda. Sin embargo, siempre ha defendido su inocencia.
Durante la investigación detuvieron a dos hombres que reconocieron su culpabilidad y fueron condenados tan solo a diez años de prisión. Ambos negaron que Kevin estuviera involucrado, pero esto tampoco sirvió para librarle de la cárcel.
La clave estuvo en el testimonio de una mujer que salió con vida del tiroteo. Esta identificó a Kevin como tercer culpable pero años después aseguró que lo hizo inducida por la Policía. Finalmente, un jurado popular compuesto exclusivamente por blancos lo condenó a cadena perpetua.
La única testigo del suceso luchó por retractarse de su acusación durante décadas, pero acabó falleciendo en 2015 sin conseguir nada al respecto. Si bien, ahora su testimonio es clave y ha servido para proponer una anulación del caso con la nueva legislación.
Ahora, su familia solo espera que salga en libertad para Acción de Gracias, a finales de este mes. "Hemos estado apartados durante demasiado tiempo", ha señalado uno de sus hermanos.