El Parlamento húngaro ha aprobado una polémica normativa que, entre otros aspectos, prohíbe hablar sobre homosexualidad en los programas escolares y que ha sido calificada de "homófoba" por la oposición progresista.
Esas medidas se incluyeron dentro de un proyecto de ley, contra la pedofilia, en la que se prohíbe exponer a menores de 18 años a pornografía y a cualquier contenido que fomente el cambio de sexo y la homosexualidad.
Según la oposición progresista, colectivos de defensa de los derechos LGTB+ y la prensa que no está controlada por el Gobierno, la ley aprobada es especialmente dañina porque equipara la homosexualidad con la pedofilia.
Los partidos de la oposición de izquierda, entre ellos los socialistas, la formación Párbeszéd (Diálogo), la Coalición Democrática y los ecologistas del LMP, decidieron no participar en la votación, mientras que la formación opositora de derechas Jobbik respaldó la normativa.
De esta manera, Orbán logró también dividir a la oposición, que ha decidido unirse -desde la izquierda hasta el derechista Jobbik- en una única candidatura electoral para las elecciones de 2022 con el objetivo de desalojar al primer ministro del poder.
Miles de personas se concentraron este martes en la plaza Kossuth, donde se encuentra el Parlamento, contra la aprobación de esta polémica ley que tildaron de "homófoba" y "dañina".
La semana pasada varias ONG criticaron el proyecto de ley, al asegurar que la legislación "no tiene precedentes en la Unión Europea (UE)" y pone en peligro la salud mental de los jóvenes LGTB+. Organizaciones como la Asociación Háttér, de defensa de los derechos homosexuales, Amnistía Internacional o Budapest Pride recordaron que esta legislación es muy parecida a la que Rusia aprobó en 2013 sobre la "propaganda gay", y que conllevó un aumento de la homofobia en ese país.