El Departamento de Seguridad llegó a ofrecer siete millones de dólares por dar información sobre el paradero de Ibrahim Aqil, el alto mando de Hizbulá asesinado por Israel durante sus bombardeos en el sur de Beirut. Era un viejo conocido de los Estados Unidos, puesto que el 23 de octubre de 1983 fue uno de los responsables de la muerte de 241 marines en la capital libanesa.

Los americanos también le acusaban de dirigir por aquella época el secuestro de americanos y alemanes en Beirut. Con el paso de los años formó parte del Consejo de la Yihad Islámica, principal célula terrorista de Hizbulá. Y era cercano a Hasán Nasralá, líder del grupo chií, era considerado como un alto comandante de la organización.

Israel ha confirmado que ha acabado con su vida. Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí: "Los altos mandos eliminados, dirigían desde el 8 de octubre ataques contra ciudadanos israelíes y planeaban llevar a cabo más. Junto a Ibrahim Aqil han muerto una decena de altos cargos de Hizbulá, que formaban parte del llamado 'Plan para la conquista de Galilea', una supuesta operación con la que pretendían invadir Israel".